Los signos que se leen en el cielo apuntan todos en la misma dirección: lo peor de esta fortísima crisis está ya a punto de terminar. Yendo de lo general a lo particular, las previsiones mundiales de inversión para 2010 se ponen en positivo por todos los astrólogos. Las europeas estarán en negativo, pero sólo ligeramente. Y dentro de ellas, las españolas, dicen los echadores de cartas, van a seguir siendo peores, pero bastante menos malas. Y por último, las hojas de té apuntan a que los consumidores españoles somos ahora seis puntos más optimistas que en la última infusión.

Todos querríamos que este enunciado, forzadamente paródico, resultase más científicamente creíble, pero aún no se ha inventado la “medición censal” de las predicciones. Hemos visto en el pasado reciente como prácticamente nadie supo adivinar la velocidad y profundidad de esta crisis. Muchas de estas artes adivinatorias parten de la acumulación de predicciones individuales, con lo que eso supone de mezclar deseo con realidad, respuestas políticamente correctas y el querer ver mejor el negocio propio que el ajeno. Aún así, los directores de marketing parecen ser una fuente muy fiable, a tenor de lo que ha ido vaticinando desde hace tres años el Índice de Expectativas de la Asociación de Marketing de España y Synovate. Probablemente es así porque que parten de sus propios presupuestos, y no de estimaciones de lo que otros van a invertir. Caso opuesto es del Zenith Vigía, donde influyen mucho los medios.

En cualquier caso, no se trata de comparar artes adivinatorias, sino de sacar una conclusión que se pueda trasladar a nuestros lectores ante tanto ejercicio de prospectiva. Y ésta tiene que ser moderadamente positiva: lo peor de la crisis está llegando a su fin. La velocidad de la caída se va a ralentizar mucho en el primer semestre y queda la duda de qué ocurrirá más adelante. Hay expertos que piensan, aunque sea para sus adentros, que igual que esta crisis llegó de forma más brusca que la de 1992, su recuperación, -que llevó tres años en esa ocasión- será también más rápida. Esto entra dentro de la lógica, si se tiene en cuenta que la contracción de la inversión ha ido mucho más allá de lo que la caída del mercado español podría hacer razonable (la sobre reacción del recorte publicitario es un fenómeno mundial, pero en España supera todos los márgenes habituales). Pero, como implica la propia frase anterior, el mercado a veces tiene una lógica que resulta difícil de comprender. Quedémonos por tanto con lo que vemos y lo que vemos es que está escampando.