Coincidiendo con la celebración del Seminario de Televisión de AEDEMO, la cita anual en la que se encuentran los principales interesados en la medición de los medios, comenzó a difundirse una información que afectaba directamente a la credibilidad del panel Net View de Nielsen. ¿Coincidencia? Es posible.

Esta tan oportuna información, venía a lanzar una sombra muy negra sobre el instrumento de medición de medios on line que tiene un mayor predicamento en nuestro mercado, en concreto sobre la forma de reclutamiento de panelistas. Una sombra probablemente desmesurada pero que los miembros que representan a la industria en el Consejo de Mediciones de Nielsen deberán despejar cuanto antes y, si fuera preciso, confirmar que se han tomado las medidas oportunas para despejar estas u otras dudas.


Dicho esto, conviene alejarse un par de pasos para tomar perspectiva. Desde siempre, y no sólo en España, los instrumentos de medida de la audiencia de medios han sido objeto de controversia. Especialmente aquellos que tiene como base la demoscopia (encuestas y paneles) son instrumentos sumamente delicados y vulnerables. Ecotel (primer panel de audimetría) en su día fue objeto de un ataque demoledor por un diario (la publicación de su panel completo) en un tiempo en el que la aparición de las privadas empezaba a detraer inversión de ése y otros medios y aún no se habían fraguado los grupos multimedia. Hace pocos años, el EGM fue torpedeado desde una cadena de radio cuyos presentadores estrellas no obtenían los resultados de audiencia que ellos esperaban.


Destruir un panel o una red de campo es relativamente sencillo y en un país en el que las demandas por daños y perjuicios pueden tardar años en resolverse, el riesgo es, además, bajo. De hecho, nunca más se supo de la demanda interpuesta por Ecotel contra el editor. Es una de las razones, aunque no la más poderosa, por la que desde estas páginas hemos defendido siempre la necesidad del formato JIC (Joint Industry Committee), es decir, que sea la propia industria la que convoque y adjudique un concurso para la prestación del servicio. En el caso del EGM, su dependencia de un JIC, la AIMC, fue lo que le salvó la vida. Si hubiera dependido sólo de una empresa privada, aún supervisada, es probable que hubiese desaparecido. Internet es ahora mismo el tercer medio en inversión y el único que crece. Los intereses que se mueven a su alrededor ya no son residuales como hace seis o siete años. Es necesario por tanto potenciar un sistema consensuado y lo más protegido posible para su medición.