Simplemente se lo digo para que vayan preparando el darle al play y al rec de sus videocaseteras: el próximo día 30 de abril comienza The Pitch, el nuevo reality de la cadena americana AMC. Y dirán ustedes, con razón: ¿no estamos ya saturados de realities? ¿No están ya compitiendo simultáneamente Gran hermano, El número uno y Alaska y Mario? ¿No está la realidad tan mal, que ya ni nos podemos leer el periódico ni tomarnos un cafelito en el trabajo, que lo único que te apetece es ver ficción? Pues sí. Pero no. Esto de The Pitch, señoras y señoras, promete. Promete tanto que aspira a situarse en el Top 3 de mis realities históricos favoritos, desbancando a uno de estos tres colosos: 1. Gran hermano (en todos sus formatos: regular size, VIP y El reencuentro); 2. Mujeres ricas (familia Caniggia, we miss you) y 3. ¿Quién quiere casarse con mi hijo? (que ha accedido recientemente al pódium desbancando al Operación triunfo pre-Pilar Rubio).

La premisa es bastante grata. Les copio del site de AMC: “Cada semana dos agencias competirán para ganar un nuevo cliente de la única manera que pueden hacerlo: yendo codo con codo en un enfrentamiento salvaje en el que el ganador se lo lleva todo, una presentación conocida como The Pitch. Con sólo siete días para prepararlo, la presión es intensa. Los quejicas, los brainstormings, el pensamiento creativo: está todo allí mientras los equipos trabajan contrarreloj y rezan para alcanzar ese momento de inspiración que les hará ganar el concurso y mantener a sus compañías a flote”. Claro, inmediatamente, uno se imagina cómo funcionaría aquí una cosa así. El concurso español sería un pedazo de reality, claramente. Pero si quieren que sea un poco reality de verdad, eso de competir solo dos agencias por un briefing se nos queda un pelín corto para el gusto patrio.

El listado de agencias que participan no es nada del other world, que decimos los bilingües. Parece ser que ofrecieron participar a todos los grandes y que dijeron que no, por lo que se conformaron con hacerlo con agencias un poco menos conocidas.
Tracy Wong, el presidente de WCDW, una de las agencias participantes, escribió un artículo en Advertising Age sobre las razones que le impulsaron a participar. Bueno, más bien hizo una crítica a las agencias que no participaron: “lo hicieron porque tienen algo que esconder”. Y luego planteó un cuestionario en que había que responder que no a todo, supongo. “¿Trabajas en una agencia en la que pasa esto?:

“Empleados que odian a los jefes, que roban sus ideas y se las apuntan como propias.

“Creativos con la madurez de un niño mimado de 3 años.

“Burocracia, burocracia y burocracia sin tomar decisiones.

“Departamentos tan llenos de egos enormes, que cada momento es ‘Furia de titanes’.

“Agencias dirigidas por deleznables gilipuertas (nótese la delicadeza de la traducción) egomaníacos”.

Peter Sellers

Me hacen ustedes el check list y si me pueden responder que en la suya de esto nada de nada, pues se apuntan. Claro, la de Mr. Wong (con un nombre y un look sospechosamente parecido al mítico personaje de Peter Sellers en Un cadáver a los postres) puede decir que no a todo eso. Porque el gachó tiene un método impresionante en su proceso creativo: The Democracy Of Good Ideas. La mejor idea, gana. Y así va todo como la seda. Olé.

Por aquí, quien más, quien menos, ha fantaseado desde hace bastante tiempo con la idea de un reality publicitario hispano. O, aún mejor, una serie “basada en hechos reales” sobre la vida en una agencia de publicidad. Y es que Mad men ha hecho mucho daño.
Yo, qué quieren que les diga, no lo veo. Me parece que no somos tan interesantes. Y, mucho menos, tan divertidos. Y siento spoilearles, pero he visto el piloto: Wong pierde. Y mi Top 3 puede estar tranquilo.