Uno de los establecimientos de la cadena 100 Montaditos
Uno de los establecimientos de la cadena 100 Montaditos

España registró el año pasado una disminución de 2.000 bares en sus calles, mientras que la llamada restauración organizada fue el modelo de negocio escogido para abrir 640 nuevos establecimientos netos, según datos de Nielsen presentados en HIP, el salón de la hostelería que se está celebrando en Madrid.

De esta manera, el número de bares descendió el año pasado hasta los 165.736 establecimientos, un 1% menos; mientras que las cadenas de hostelería organizada crecieron un 7% hasta los 9.370 locales en todo el país.

La explicación a este cambio es que los españoles están pasando de ser “parroquianos” del bar de toda la vida a ser consumidores, siendo la comida el elemento diferencial, lo que está en el centro de las experiencias y, por tanto, lo que declina su elección hacia un tipo de local que le ofrece la consumición completa con una oferta de comida más amplia y trabajada.

Otra de las razones que explican este cambio de clásico a moderno tiene que ver con la concentración urbana y, al mismo tiempo, la progresiva despoblación rural y de pequeños municipios.  De esta manera, donde se concentra la mayor parte de cierres de bares es en Castilla y León, Castilla-La Mancha y algunas zonas de Aragón y la franja cantábrica. En cambio, la restauración organizada encuentra su acomodo en las grandes ciudades, siendo Madrid y Barcelona donde tienen lugar el mayor número de aperturas.

Cada vez menos asiduos a la noche

Otro de los cambios de los españoles es que estamos dejando de ser asiduos a la noche y nos pasamos al día. El 64% de las bebidas se consumen antes de la puesta de sol, según datos de Horeca Digital LAB, el laboratorio de tendencias digital de hostelería de Nielsen.  Esta tendencia es fruto de los muchos cambios que han ido afectando al consumo nocturno, como la aparición del carnet por puntos, el boom de aplicaciones para ligar, el envejecimiento de la población o el auge de los festivales, entre otras. Todo ello depara que los establecimientos de ocio nocturno cayeran el año pasado un 4% hasta los 16.500 locales. Y es destacable como esta caída afecta sobre todo a Madrid, Barcelona y parte de Andalucía (Sevilla, Córdoba y Málaga).

Por su parte, junto con la restauración organizada, el otro canal que creció el año pasado fue el de hotel+restaurante, aupado por las cifras de turismo, ya que España volvió a batir récords el año pasado, al recibir la visita de 83,7 millones de personas. De esta forma, estos locales crecieron especialmente en las zonas de costa, así como en Madrid y en Barcelona, es decir, los epicentros turísticos.

Según Esther Rivera, responsable de Hosteleria de Nielsen, “los nuevos hábitos están condicionando el canal. El consumidor está cambiando la manera de disfrutar y de consumir ocio, desplazando consumos y ocasiones que antes realizaba en el canal tradicional a nuevos entornos, como los festivales de música, que mueven cada año 6 millones de personas, la batalla por el salón de casa, el delivery y el on the go. Se consolida el consumo diurno, donde se multiplican las ocasiones de consumo y las oportunidades, mas alla del famoso “desayuno, comida y cena” y la personalización del surtido se vuelve esencial para captar clientes”.