A fines del año pasado, Quorn, la marca que ofrece alternativas de origen vegetal al consumo de carne más grande del mundo, comenzó a poner en los paquetes de sus 30 productos más vendidos los datos de la huella de la carbono que estos tenían "desde la granja a la tienda". Esta iniciativa no fue precisamente silenciosa, sino que fue respaldada por una campaña publicitaria multimillonaria: "Da un paso en la dirección correcta", centrada en la huella de carbono de los alimentos y su impacto climático.

Nos contaba Peter Harrison, CCO de Quorn Foods, que ofrecer datos e información sobre la huella de carbono ayuda a los consumidores a tomar decisiones informadas sobre los alimentos que comen. Y, para ello, Harrison defiende activamente que otras marcas también lo hagan para que las personas puedan realizar mejores comparaciones en sus cestas de la compra.

Quorn tiene razón al identificar el interés por obtener información sobre la huella de carbono de los productos. De hecho, en Carbon Trust acabamos de lanzar una nueva investigación realizada por YouGov, que confirma que los consumidores demandan etiquetas de huella de carbono en los productos en Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, España, Suecia, Reino Unido y EE. UU. 

Resulta curioso ver como Francia, Italia y España son los países que muestran niveles más altos de apoyo al uso de etiquetas reconocibles de productos en los que se ha medido su huella de carbono y a las empresas que están haciendo esfuerzos de reducción. Un 80, 82 y 79% de los consumidores de estos países, respectivamente, lo señalan como una idea positiva. Si miramos concretamente a España, el 56% de los consumidores está “totalmente de acuerdo” con que el etiquetado de huella de carbono para los productos es una buena idea.

Un periodo de consolidación

Entonces, ¿veremos más compañías que incluirán en su etiquetado la huella de carbono? Ciertamente, estamos presenciando un fuerte aumento en la demanda de información sobre este tema, así como un crecimiento vinculado a nuestras licencias de etiquetas de huella de carbono (aunque no todos lo utilizan para etiquetar sus productos). Actualmente estamos trabajando con más de 40 empresas en proyectos de este tipo.

Es importante señalar que esta no es la primera vez que el etiquetado de huella de carbono adquiere gran demanda. En 2007, cuando lanzamos la primera etiqueta de huella de carbono del mundo, y posteriormente, compañías como Tesco y PepsiCo pusieron etiquetas relacionadas en líneas de productos destacadas. Pero después de unos años de gran interés, una serie de factores disminuyeron la demanda del etiquetado a mediados de la última década:

  • Los consumidores en ese momento no se consideraban suficientemente interesados ??en la huella de carbono de un producto.
  • La huella de carbono, a pesar de la aparición de normas técnicas acordadas, se consideró compleja y costosa.
  • Existe una gran competencia por un espacio en el empaquetado, donde otra información importante, como los datos nutricionales, ya estaba muy implantada.
  • Sin una gran cantidad de productos etiquetados con cifras específicas de huella de carbono dentro de una misma categoría, los consumidores no podrían comparar entre productos.

Si bien el etiquetado en el producto puede haber dado un paso atrás, el interés por la huella de carbono como información comercial y herramienta para la toma de decisiones ha persistido todo este tiempo. Esto se ha ampliado a medida que las organizaciones han ido más allá de sus propias operaciones directas, lo que ha provocado que las cadenas de suministro estén bajo un escrutinio creciente y la ambición de reducir los impactos ambientales en toda la cadena de valor se ha adoptado por muchas empresas. De hecho, la comunicación entre empresas de los datos de la huella de carbono ha aumentado constantemente.

El nuevo imperativo

Las empresas se encuentran en una posición distinta a la de hace diez años: muchas están estableciendo objetivos científicos para reducir la huella de carbono, colaborando con sus cadenas de suministro para cumplirlas. Se han declarado objetivos nacionales para emisiones netas ‘cero’ en varias jurisdicciones, y las empresas están estableciendo objetivos equivalentes en el contexto corporativo. Mientras tanto, el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras relacionadas con el Clima refleja el creciente análisis de riesgo climático a nivel de la junta, lo que aumenta la importancia del carbono en términos de estrategia corporativa y asignación de financiamiento para inversión.

Los consumidores también están cada vez más concienciados sobre los impactos de la huella de carbono en sus decisiones de compra. Están acostumbrados a tener datos precisos que facilitan la toma de decisiones, como por ejemplo datos sobre su salud en su teléfono o reloj. Por lo tanto, para muchos, ya no es aceptable que, cuando quieren participar en la lucha contra el cambio climático, se encuentren con dificultades para acceder a los datos necesarios para elegir.

A medida que crece el interés, también lo hace el de los medios de comunicación y el escrutinio público de las reclamaciones de las empresas, y esto nuevamente está impulsando la demanda corporativa de servicios sobre la huella de los productos. Para fundamentar esta demanda en torno a la acción climática, es más importante que nunca que se basen en datos creíbles y sólidos que cumplan con los estándares internacionales de certificación. 

Puede que todavía falten algunos años para alcanzar una gran masa de productos que publiquen una cifra de huella para facilitar una comparación precisa. Pero es una perspectiva cada vez más probable.