La revolución de lo digital es un fenómeno al que se le puede poner fecha de inicio, pero delimitar su alcance en el tiempo y en el espacio es prácticamente imposible.

El desarrollo de nuevas tecnologías no solo ha cambiado nuestros hábitos de consumo, sino que está transformado industrias y ha favorecido un crecimiento extraordinario de la inversión publicitaria en mobile y soportes digitales. Además, ha forzado a creativos y estrategas publicitarios a construir nuevos modelos de relación entre las marcas y sus públicos objetivo.

Pero el usuario también ha evolucionado en paralelo a estas transformaciones en los modelos de negocio. El usuario consume información sin parar y genera información sin parar. Este volumen y variedad ingente de interacciones, demandas y ofertas deja en evidencia una realidad apasionante para la industria publicitaria: que la publicidad sin tecnología no existe.

Los desarrollos AdTech (Advertising Technology o tecnología publicitaria) han posibilitado a las marcas adentrarse en este nuevo y apasionante mercado de la publicidad digital. Las marcas tienen que conservar modelos convencionales y a la vez hacer frente al reto de dibujar nuevas estrategias para alcanzar a sus modernas audiencias. Nos movemos en la época híbrida entre el on y el off.

La aplicación de tecnología está dando lugar al desarrollo de nuevas campañas de publicidad que destacan por su efectividad. Los medios se están haciendo eco y consolidan el concepto de AdTech para explicar lo que está ocurriendo.

Vivimos en la era de la conversación y las marcas encuentran en la AI (Inteligencia Artificial) la herramienta más potente para comunicarse con sus clientes. En esta línea, la tecnología de comunicación RCS (Rich Communications Services) aplicada a la publicidad, establece un nuevo modo de interactuar con los usuarios y acompañarlos en una conversación autónoma, directa, continuada y en tiempo real. Así las marcas podrán adecuar la oferta de productos y servicios a cada perfil y a cada necesidad. Este canal multiplica el valor en la cadena publicitaria en la que ya no prima la cantidad, sino la calidad de los contenidos y de las audiencias impactadas, y lo más importante,  la veracidad del dato recogido en cada una de esas conversaciones establecidas.

La publicidad digital afronta el reto de combatir en un escenario saturado de contenidos, en donde ser el primero en impactar al usuario se vuelve cada vez más complicado. Y es que la industria de la publicidad, como otros muchos sectores, está abocada a trabajar en la llamada economía de la atención. Con la llegada de AdTech las marcas serán capaces de ofrecer nuevas herramientas para incorporar su imagen en el mercado digital.

Que la industria publicitaria está cambiando no es ningún secreto. Que está evolucionando hacia un nuevo paradigma, con modelos disruptivos de interacción entre marcas y clientes, es ya un hecho incuestionable. Un desafío que se convierte en oportunidad al alcance de las marcas más valientes, que quieran subirse al tren de esta apasionante transformación.