Hace unos años, no más de 5, estábamos escuchando la definición de influencer en los telediarios, hoy estamos yendo (o llevando a nuestros hijos) a festivales organizados por influencers, como el SuaveFest de María Pombo, comprando la marca de cosmética Glowfilter de Marta Lozano o, lo último en iniciativas de influencers: Lolalolita Land. Este fin de semana en el Autocine de Madrid hemos vivido esta nueva expresión del marketing de influencers: los parques de atracciones.
La macro influencer @lolalolita (12,4M en TikTok) nos ha invitado a 'su mundo', el parque/pop-up Lolalolitaland, un espacio en el que no han faltado las atracciones, las tómbolas, los influencers y, por supuesto, las marcas.
En Lolalolitaland no había una noria, había una noria de El Corte Inglés. No había un gancho atrapa-peluches, había un gancho by Grefusa en el que podías ganar el grefusito de oro. Pero, lo más interesante es que más allá de que las marcas hayan contribuido en que la iniciativa de la influencer se haya llevado a cabo, son aquellas marcas que han sabido tener presencia alineándose perfectamente con la esencia de Lola Lolita inventando el hairstyle corner de GHD o el make up corner de L’Oréal París ¿Cómo iba a haber un parque de atracciones de Lola Lolita sin que hubiese este tipo de espacios para volverte a retocar la máscara de pestañas cuando bajes del toro mecánico? No hay nada más Lolalolita que eso.
Este tipo de eventos no podrían existir sin esas marcas que 'van con todo' y se involucran de verdad. No solo ponen su nombre en la entrada, también crean experiencias que suman y mejoran el evento. Entienden que ya no se trata solo de aparecer, sino de aportar algo disfrutón y memorable para los asistentes. Y esto, huele a que el mundo del marketing influencer ha cambiado y ahora son los influencers los que envían los briefings para que las marcas se adapten a los gustos de sus audiencias ¡Bye bye review de productos!

Esta nueva tendencia se resume en que los influencers tienen ocurrencias, que ellos mejor que nadie saben conectar con sus audiencias y las marcas… voilà, ¡las hacen realidad! Las marcas pasan de ser simples patrocinadores a ser una parte vital de la fiesta.
En resumen, Lolalolitaland no sería lo mismo sin estas marcas que están dispuestas a ir más allá y a conquistar los corazones (y perfiles) de los visitantes. Y este es el verdadero triunfo del marketing de influencers: crear experiencias inolvidables donde todos ganan. ¡Y que vengan muchas más así!