Vivimos en un tiempo en el que la reputación de una empresa ya no puede basarse únicamente en palabras bonitas o campañas publicitarias llamativas. La verdadera credibilidad se construye a través de acciones concretas que demuestren un compromiso genuino con los valores que la organización dice defender, especialmente en temas tan importantes como la diversidad y la inclusión, incluyendo el apoyo al colectivo LGTBIQ+.
Atrás quedan los años en los que muchas empresas se limitaban a mostrar una imagen inclusiva en sus campañas publicitarias, sin que eso necesariamente se reflejara en su cultura interna o en sus políticas. Ahora las cosas han cambiado, afortunadamente, y la tendencia actual exige que la coherencia entre lo que una organización dice y lo que realmente hace sea total. La autenticidad se ha convertido en un valor fundamental, hasta el punto de que las empresas que realmente quieren fortalecer su reputación deben demostrar que sus acciones están alineadas con sus palabras.
No seguir una estrategia de diversidad auténtica puede tener grandes repercusiones, y las empresas que solo ponen en marcha acciones superficiales o lanzan declaraciones vacías corren el riesgo de dañar su reputación. Esto implica perder la confianza de todos sus públicos, tanto a nivel interno como externo. Ahora, más que nunca, la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es esencial para mantener esa confianza.

¿Y cómo se construye una reputación sólida y auténtica? Pues inevitablemente, las empresas deben integrar los valores de diversidad e inclusión en su ADN si quieren conseguirlo. Esto requiere un liderazgo comprometido, transparencia en sus acciones y una comunicación honesta con sus públicos. La diversidad no debe ser vista solo como una estrategia de imagen, sino como un pilar fundamental de la cultura organizacional.
Un estudio publicado recientemente, en el que se analiza la gestión empresarial de la diversidad del colectivo en España, dejaba como conclusión que la gestión de la diversidad en general ya es una realidad en el tejido empresarial. Y señalaba que las compañías reconocen cómo favorece la creación de culturas corporativas más inclusivas para conseguir una mayor innovación, crecimiento y sostenibilidad en sus negocios. Como contrapartida, el informe también deja claro que solo el 34% de las empresas del IBEX 35 gestionan activamente la diversidad LGTBIQ+.
Queda mucho camino por recorrer, pero la tendencia es, y debe ser, siempre positiva. Sigamos trabajando en mejorar, en implantar acciones y políticas reales que nos ayuden a disfrutar de empresas más confiables y respetadas. Y sobre todo, seamos auténticos y transparentes. La credibilidad se pierde rápidamente cuando las acciones no acompañan a las palabras, y la sociedad lo ha dejado claro: la diversidad debe ser bienvenida.