El canal de afiliación también se conoce como marketing de resultados, ¿por qué? Esencialmente porque los principales medios de pago son CPA y CPL, es decir, solo invertimos si generamos ventas o leads. En este sentido podemos afirmar que es un canal “sin riesgo”.

Esta disciplina no es tan conocida como otras pero es una pieza clave en la planificación digital. Según Truelist, más del 80% de las marcas cuentan con programas de afiliación y el 16% del total de las ventas de e-commerce proceden de este medio. Aunque la actividad de los afiliados siempre es vital, es en las épocas de contracción económica cuando más cobra sentido y más necesaria se hace para las marcas. Por ejemplo, en el último año el canal ha crecido casi un 30% (IAB) y se espera que en este año que vamos a cerrar crezca todavía en mayor proporción. Como dato curioso, cuando el COVID estalló, este canal fue uno de los pocos “supervivientes” de la parada masiva de campañas que sufrieron las agencias.

En ocasiones, al canal ha tenido “mala fama” o críticas. En este sentido podríamos decir, que el marketing de afiliación, al trabajar con personas, los afiliados, y no solo con herramientas, es como una relación de pareja: Si la cuidas y alimentas bien, el amor y el triunfo están asegurados. Es cuando no la proteges cuando la relación se puede volver tóxica. Ahora bien, ¿qué consideramos clave desde Mindshare para que los programas de nuestros clientes sean un éxito?

  • Trabajamos en cuentas 360º por lo que establecemos sinergias con el resto de canales.
  • Consideramos vital tener relación directa con nuestros partners. Una comunicación fluida y periódica es esencial.
  • Comisiones competitivas y programas de incentivos que animen a nuestros soportes al dar su 100%.
  • El análisis de los resultados y el seguimiento de la actividad es vital para garantizar el control de la marca.
  • El target de este canal es muy afín a campañas atractivas. La estrategia de la política promocional es decisiva.
  • Aunque los descuentos son clave, debemos diversificar la actividad y trabajar con diferentes verticales como por ejemplo todo lo relacionado con el contenido (cada vez más en alza).
  • Pese a ser un canal muy “artesanal”, nos apoyamos en los mejores partners tecnológicos para monitorizar toda la actividad, controlar la calidad y exprimir al máximo el performance de nuestros programas.

Estas pautas son aquellas que nos ayudan a trabajar el canal desde el prisma de la cualificación. Obviamente el volumen es esencial, pero el volumen sin calidad carece de sentido en nuestra estrategia. Como citaba Aristóteles: “Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”.