Los cinco pasos son: plantear correctamente los objetivos de monitorización; definir los temas a seguir en función de estos objetivos; definir el perímetro de la monitorización para evitar el “ruido” innecesario; interpretar los resultados
y compartir el conocimiento de forma atractiva.

Esta metodología se declina en casos prácticos tal y como el análisis de reputación de marca, el seguimiento de campañas o la gestión de crisis.

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