Amigas y amigos, me gustaría compartir mi alegría con ustedes. Si son asiduos lectores de esta columna sabrán que un tema que me preocupa sobremanera es el asunto de la viejunización creativa. Según mi teoría evolutiva (o involutiva, según se mire), en España los creativos tenemos vidas paralelas a los jugadores de fútbol, sumando diez años a la edad en que tenemos que ir pensando en la retirada. Y como, personalmente, estoy entrando en modo Donato, pues comprenderán que el tema me inquiete.

Otro día, si les parece, hablamos de si es normal que en esta profesión a partir de los 35 se te considere viejuno pero, siendo realistas, hay que ir viendo qué hacemos con nuestras vidas porque nosotros no tenemos la salida de ser entrenadores con pretensiones guardiolísticas y/o comentaristas anodinos de encuentros de la liga eslovena.


Por eso, hoy tengo el corazón contento y lleno de alegría. Porque hoy he descubierto un trabajo para el que estoy gratamente capacitado y que me permitirá extender mi carrera profesional marketinística por los siglos de los siglos amén. Hoy, amigos y amigas, he conocido a David Shing. Y, sobre todo, he conocido su trabajo (entre comillas, como dirían Los Chunguitos): Digital Prophet en AOL.


Digital Prophet. Ahí es ná. Les voy a transcribir lo que dicen que hace en la web de su empresa: “David Shing is AOL’s Digital Prophet. He spends most of his time watching the future take shape across the vast online landscape. The rest he spends talking to people about where things are headed, and how we can get the most out of it.”


O sea que, para ser Digital Prophet solo hay que hablar y no hacer. En principio, planazo. Y estoy más que capacitado. Eso sí, me parece un campo en el que se mueven con muchísima soltura el 98% de los gurús digitales, por lo que la competencia será feroz.


De verdad, me gustaría saber qué fue primero, ¿el huevo o la gallina? ¿Buscaba AOL un Digital Prophet o Shing les vendió la moto? Una incógnita que posiblemente solo se podría resolver en un Cuarto Milenio especial sobre el tema.
Esto en el plano teórico. En el plano práctico @shingy, como buen profeta, nos predice las tendencias para este año. Busquen “digital prophet predictions” y admiren lo descansado que se ha quedado el gachó:


1. Screen Ecosystem: veremos la evolución de cómo manejamos varias pantallas al mismo tiempo.


2. Collaboration Age: vamos a pasar de la era de la información hacia la era de la colaboración.


3. Defriend & Unfollow: seguiremos a las personas y marcas que nos interesan realmente y a los que no, no.


4. Mobile Intimacy: los móviles permitirán a las marcas tener una relación más íntima con el usuario.


5. Smarter Wearables: triunfarán los cachivaches que utilicen mis datos para hacerme un mejor ser humano.


Para este viaje, francamente, we don’t need any alforjas. Aparte de que mi columna 2014, publicada en esta misma revista, me sobrecualifica como oráculo predictor del futuro. O sea, que lo tengo todo.

Telepredicador

Y por si esto no fuera suficiente, me visualizo totalmente asumiendo la puesta en escena del Digital Prophet: cuando habla de cosas digitomarketinísticas entra en un modo telepredicador/vidente del cual soy muy fan. Entren en shingy.com y vean su vídeo de presentación. Y si no les apetece, háganse una idea visual: es Sandro Rey peinado como Ruphert con gafas de Rappel.
En el tema gafas voy sobradísimo. Solo tengo unas ciertas limitaciones de tipo capilar que podrían ser tratadas con Svenson convenientemente, en cuantito que me llame algún anunciante o agencia que tenga desocupado temporalmente el puesto de Digital Prophet en su organización.


Envíen sus ofertas a pacheco@anuncios.com. Eso sí, organícense, no me vayan a colapsar el Outlook.