Según publica Reuters haciendo referencia a una nota de prensa, el Global Internet Forum to Counter Terrorism, que así se llama el grupo de trabajo, “formalizará y estructurará las áreas de colaboración actuales y futuras entre nuestras empresas y fomentará la cooperación con pequeñas empresas de tecnología, grupos académicos y de la sociedad civil, gobiernos y organismos supranacionales como la Unión Europea y la ONU”.

A pesar de las presiones políticas, en la Unión Europea, hasta el momento, solo parece haber tomado cartas en el asunto Alemania, que ha propuesto una ley por la que se sancionaría con multas de hasta 50 millones de euros a las redes sociales que no eliminen rápidamente publicaciones que promuevan el odio.

Algunas redes sociales, siempre de acuerdo con Reuters, ya trabajaban por sí mismas para luchar contra la apología al terrorismo en sus plataformas. Por ejemplo, Facebook anunció la ampliación de su actividad contra los contenidos extremistas, YouTube informó sobre la adopción de medidas adicionales para eliminar vídeos no apropiados y Twitter suspendió 376.890 cuentas en la segunda mitad de 2016 por su vinculación con el terrorismo.

Origen

La polémica sobre el asunto saltó a la palestra el pasado mes de febrero cuando se hicieron públicos los resultados de una investigación impulsada por ‘The Times’ en la que el rotativo británico concluyó que la publicidad de conocidas marcas de consumo podría estar financiando a grupos terroristas, supremacistas y otro tipo de organizaciones delictivas a través de la aparición involuntaria de sus anuncios, como consecuencia de la gestión automatizada de las inserciones (compra programática), junto a contenidos publicados por estas organizaciones.

Noticia relacionada:

Una investigación desvela que algunas marcas ‘financian’ el terrorismo por fallos en la compra programática