Foto: Turismo El Hierro
Foto: Turismo El Hierro

El estudio pone de manifiesto que necesitamos las vacaciones para descansar, pero, sobre todo, para desconectarnos de las vivencias que hemos tenido durante el confinamiento y reencontrarnos con nosotros mismos y con nuestra natural forma de ser: pasional, impulsiva, y libre, sobre todo libre para hacer lo que nos apetezca y estar donde queramos. Las vacaciones pueden ser una buena ayuda para pasar página y volver a la normalidad de nuestra natural forma de ser y entender la vida.

Lo que nos ha quitado el confinamiento

Ahora, en la desescalada, estamos poco a poco volviendo a recuperar hábitos y costumbres que las medidas de confinamiento nos obligaron a abandonar. Durante esta etapa hemos tenido que transformar nuestro modo de vivir y renunciar a algunas facetas importantes de nuestro modo de entender la vida y nuestra cultura.

El confinamiento ha sido una experiencia dura para los españoles, porque nos ha obligado a reducir dos de nuestras dimensiones vitales más relevantes como son la social y la espacial. En ambos terrenos nuestras coordenadas fueron radicalmente limitadas y nos vimos forzados a prescindir de una parte importante de nuestra forma de ser. Tuvimos que renunciar a dos cuestiones esenciales sin las cuales no se entiende nuestra cultura:

  • El relacionarnos con los nuestros y tener contacto físico 
  • El salir de casa y “vivir” la calle 

Más allá de las limitaciones físicas o funcionales, lo verdaderamente duro de estas restricciones ha sido que recaían sobre aspectos de carácter esencialmente emocional y simbólico, y asimismo, poseedores de unsignificado cultural profundo que nos distingue y nos identifica culturalmente como mediterráneos. 

En una palabra, el territorio de lo social y la apertura hacia las vivencias en la calle y los espacios comunes, son señas de identidad cultural que se han sido presionadas por las medidas de confinamiento. Somos una cultura muy abierta hacia los demás y el confinamiento ha ido en la dirección contraria, en la de en-cerrarnos.

Por eso ahora, en la desescalada, necesitamos recuperar nuestra forma de ser y volver a sentir:

  • Lo que somos
  • Lo que siempre hemos sido
  • Y lo que queremos seguir siendo, es decir, cercanos, abiertos, confiados, alegres y libres de poder ir a donde queramos

 

¿Qué es lo primero que se piensa hacer en cuanto se pueda?

La desescalada es un proceso de transición entre las semanas más duras y exigentes del confinamiento y la rehabilitación de nuestra vida previa

Esta transición avanza en paralelo con el paso estacional de la primavera al verano. Estamos apenas a dos semanas del principio del verano, lo que significa para el ”Homo Urbanitas” en que nos hemos convertido, la llegada de las vacaciones.

La sensación es que se junta la necesidad con la oportunidad, el impulso a salir disparados de casa con la ocasión óptima para hacerlo.  Los planes previstos por los españoles para llevarlos a cabo en cuanto puedan, ratifican de nuevo la reacción a las constricciones espacial y social del confinamiento y consisten en 

  • Viajar y desplazarse, especialmente a la playa
  • Estar en contacto con los suyos, familiares y amigos

La desescalada va en esa dirección y las vacaciones pueden tener este año un papel muy por encima del habitual. Las vacaciones pueden ser la guinda del pastel de la desescalada para ayudarnos a recuperar:

  • Nuestro tono vital
  • La sensación de normalidad, hoy perdida
  • Y la confianza en nosotros mismos

Para que volver a ser y a sentirnos como siempre, como mediterráneos auténticos. Para recuperar nuestras señas de identidad. 

Las vacaciones 2020 que prevén de los españoles

Desafortunadamente parece que sólo una minoría de españoles podrá repetir este año las vacaciones del año pasado (29,5%) y un segmento muy pequeño podrá mejorarlas (2,4%)

La mayoría esperan tener vacaciones, pero ajustándolas a sus nuevas posibilidades económicas; lo que significa que tendrán que recortar en la duración o en el destino (33.1%), o en el alojamiento (12.1%).

Finalmente, la situación carga negativamente contra cerca de uno de cada cuatro españoles (22,6%) que piensan que este año no podrán tener vacaciones.

¿Quedarse en España o salir al extranjero?

Los españoles apuestan mayoritariamente por la defensa de nuestra economía y consideran que este año hay que quedarse en casa. En efecto, más de cuatro de cada cinco comparten la convicción de que este año todos deberíamos pasar nuestras vacaciones en España y no salir al extranjero.

En la formación de esta persuasión han coincidido varios factores de los que la preocupación por la situación de nuestra economía, es sin duda, la fundamental. Pero, no cabe excluir, el hecho de que hasta ahora no estamos terminado de ver en nuestros vecinos europeos

  • una clara postura de apoyo económico a España 
  • ni una decidida intención de visitarnos este verano

 

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