Los últimos datos del análisis de Carat, correspondientes el cuarto trimestre de 2020, obtenidos a partir de M1Panel (antiguo CCS), cuantifican la reducción del contacto físico y la vida social, señalan los cambios en nuestras preferencias y preocupaciones y confirman el gran impulso de la digitalización.
Según los resultados de la investigación, el confinamiento nos ha dejado una sociedad con menos contacto físico y con menor vida social, en la que un 67,7% de los individuos ha reducido su asistencia a eventos o lugares de entretenimiento, el 58% ha ido menos a bares o restaurantes y el 57,8% ha reducido la interacción frecuente con amigos.
La pandemia también ha modificado notablemente nuestras preocupaciones y preferencias. Lo local cobra especial relevancia. Un 59,2% de los consumidores prefiere marcas nacionales y un 37,5% ya elige las tiendas de barrio frente a otras opciones. La estabilidad en el trabajo se ha convertido, según Carat, en nuestra principal preocupación. El 28,7% se siente menos seguro en su trabajo que hace un año.
El cambio de hábitos afecta también de forma notable a nuestro consumo de medios, que se ha hecho mucho más digital y ha impulsado los servicios de streaming. En el último trimestre de 2020, el 90,7% de la población se conecta a internet a diario y el 50,3% ve también a diario contenidos de TV/video streaming bajo demanda. El 38,9% escucha música en streaming y el 35,7% juega a diario a videojuegos online.
Los desplazamientos han disminuido y se ha reducido el uso del transporte público un 36,9%, desplazado por otros medios de transporte entre los que destaca la bicicleta, cuyo uso ha aumentado un 23%.
El estudio de Carat también habla de que el descenso de las compras ha sido generalizado en todas las categorías, salvo en alimentación, que ha aumentado un 1,7% respecto a 2019 y las de equipamientos tecnológicos, que crece más del 4,5% en todos los dispositivos y casi un 8% en smartphones. Uno de cada tres consumidores realiza ya sus compras preferentemente online, una modalidad que ha aumentado un 49,8% en el sector de la alimentación. El 63,5% de los consumidores prefiere retrasar una compra importante hasta que mejore la economía, pero es una cifra muy similar a la que ya se registraba en 2019 y solo ha crecido un 0,6% respecto al año pasado.