La que se lió el otro día. Todo el mundo entrando al trapo, nunca mejor dicho.

Trending topic mundial, Buzzfeed colapsado, la CNN con sus mejores hombres al pie del cañón, Taylor Swift y la oscarizada Julianne Moore que no salían de su asombro, los neurocientíficos de la Universidad de Washington dando explicaciones para tranquilizar a la población… En un chat en El País la gente se enzarzaba como suele hacerlo en esos chats anónimos – o sea, mentándose a la madre si hace falta - sobre si tenía sentido el debate o no. Contabilicé 427 comentarios defendiendo a muerte que era un asunto que no valía la pena comentar. Ahí lo dejo. Y mientras, los memes expandiéndose a la velocidad de la luz. Siempre he imaginado que debe haber unos tipos en cuevas cuya única misión en la vida es esperar a que pase algo para responder con un meme en nanosegundos, da igual que sea un vestido, un terremoto o una abdicación… Con la abdicación alguno debía tener el soplo, porque es científicamente imposible manejar el Photoshop a esa velocidad.

Y luego llegan las marcas, que ya han aprendido que estas ocasiones no se pueden desaprovechar, ya sean previsibles -como la Super Bowl o los Oscar - que te permiten planificarlas; o imprevisibles - como #thedress - que te exigen cintura para decidir si entras y cómo, antes de que pase la oportunidad. La cosa consiste ver de qué habla la gente para subirte en marcha a la conversación:

- Hola, ¿A qué jugáis? ¿Puedo jugar yo también?

- Claro, hombre, pasa… aquí somos todos iguales y puede jugar todo el mundo, las marcas también… Bueno, siempre que vengan a jugar, claro, no a vender, que intentar vender aprovechando que estamos todos de risas es de un deprimente mal gusto.

Hala, ya estás dentro, ahora vete con cuidado que tú tampoco eres un friki que puede soltar barrabasadas impunemente, tú eres una señora marca con una reputación que mantener y un champú que vender al día siguiente en la tienda. Vamos, que aplícate aquello de si lo que vas a  decir no mejora el silencio, mejor no lo digas… ¡A ver si el siguiente tema de conversación vas a ser tú!

El hecho es que la vida diaria nos ofrece a las marcas, y a sus responsables, jugosas oportunidades de entrar en conversaciones con la gente y pasarlo bien. Pero, una vez más, el tema está en entrar para divertirte, no para ver cómo sacas tajada. Luego, si además de ser gracioso caes en gracia pues mira qué bien, eso que te llevas.

En fin, que esta ola ya pasó y ahí ha quedado para la historia el día más grande de twitter, y sí, qué triste, ha estado provocado por algo que no puede ser más superficial, como corrobora que hasta Kim Kardashian haya entrado en la polémica. Pero así es la vida, como decía Oscar Wilde: ”A mi dadme lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo”. Y #thedress era superfluo, visual y debatible, o sea que lo tenía todo para tener éxito. A la gente le gusta jugar,  y esto no ha sido nada más que un juego a escala planetaria, que es lo que nos permite estar conectados por tantos cacharros, redes y grupos de Whatsapp… Jugar en un patio de recreo inmenso en el que todos son bienvenidos.

Al final, por unas horas, el mundo ha estado dividido entre los que ven el vestido blanco y dorado y los que lo ven azul y negro. Pero también se ha dividido entre las marcas que han aprovechado la oportunidad y las que no. Vamos, que esto del real time marketing no se cómo lo veis vosotros, pero yo definitivamente lo veo blanco y dorado.