
Esta compañía española comenzó a venderse a través de internet y ya cuenta con distribución en tiendas físicas. “Queremos estar en más tiendas aunque seguiremos vendiendo en internet, porque todavía hay mucha gente que no compra si no ha tocado antes las prendas”, ha señalado a Marketing News Ata Arróspide, uno de los fundadores de la firma y procedente del mundo de la publicidad.
Esta experiencia se nota en muchas características de la marca: desde el claim (“la ropa que escogerían los bebés… si pudieran”) hasta las prendas con mensajes (“No me llames princesa” o “El que llora, mama”). “Todo lo trabajamos como si fuera un briefing. Incluso las colecciones. Queremos comunicar a través de nuestras prendas. Cada prenda es un anuncio”, comenta este emprendedor.
Bodys, vestidos y camisetas, de 100% algodón, componen la mayor parte de su catálogo. Arróspide afirma que no es una ropa para todos los días, sino para “ocasiones especiales”. En sus propias palabras, “no queremos ser Kukusumusu, sino Custo”. Calidad, color, comodidad y sentido del humor son sus cuatro puntos cardinales.
Para una marca con poco presupuesto de marketing el brand content y las redes sociales son las armas que mejor manejan. De hecho Noñoño cuenta con una presencia, muy activa en Facebook y Twitter y cuenta con su propio blog. Desde los medios sociales, fomentan la participación y aprovechar ciertos acontecimientos para salir en la prensa. Además envían canastillas a los famosos que acaban de tener un bebé. El hijo de Fonsi Nieto salió en “Hola” con un gorrito de Noñoño. El objetivo: la notoriedad.
