
El Hombre del Paraguas hizo que la red social no fuera segura y que el usuario se sintiera como la mismísima Blake Lively: perseguido por un tiburón. Para huir de este hambriento animal el usuario tan solo disponía de 24 horas y tenía que “nadar” a través de un “mar de tags”. Cada imagen contenía una etiqueta con pistas que permitían avanzar, a través de un total de catorce muros, hacia un terrible final o a una playa paradisíaca lejos del tiburón y en la que podía ganar un Blu-Ray de la película.
Con esta acción, la agencia quería llevar el uso de Instagram más allá de subir una foto y ha conseguido que esta red sea una herramienta perfecta para que el espectador viva una experiencia visual entretenida y de la que es el protagonista.
