Hasta la fecha, estas dos divisiones (productos derivados de pato y pescado ahumado) compartían marca, pero no imagen, lo que se ha resuelto ahora, con la unificación de la identidad corporativa. “Compartíamos marca y creemos necesario compartir también nuestra imagen corporativa, el cómo nos mostramos a nuestros clientes, proveedores, instituciones, etcétera. Hemos hecho esto incorporando nuestro nombre, el de nuestra familia, Martiko, como elemento principal de la marca”, señala Joseba Marticorena, director general de Martiko.

Un huevo

La nueva identidad mantiene el que es el identificador del origen de Martiko, el huevo, que estaba presente hasta el momento como elemento principal de la marca como sello de calidad. Los productos de la división de pato continúan incorporando la leyenda Pato de Navarra, comunidad origen de Martiko, en la cual se encuentran todas las granjas y centros productivos de la compañía y en donde los granjeros desarrollan diariamente su labor, manteniendo el sector primario y logrando que los campos navarros no se vacíen. Esa misma leyenda se incorpora a la línea de ahumados, Ahumados en Navarra, reconociendo el saber hacer de los profesionales que llevan más de 35 años ejerciendo el oficio de ahumador, explican desde la compañía.

Desde sus inicios, Martiko ha crecido de manera sostenida, apostando por la innovación, participando como patrono del Basque Culinary Center y creando nuevas líneas de negocio, pero sin perder de vista sus orígenes. La empresa familiar cuenta con tres centros productivos ubicados en Navarra, desde donde distribuye sus productos a más de 36 países de todo el mundo. Con 280 empleados, es una empresa de capital 100% familiar referente en el mercado de la alimentación gourmet nacional.