Cada tanto (y últimamente cada menos tiempo) aparece un palabro que denomina a una nueva tendencia en comunicación que, ésta sí que sí, es la buena de verdad. Esta Nuevatendencia va a arrasar con todo lo conocido hasta ahora. Y es que, pobres de nosotros, estábamos ciegos. No nos enterábamos de que lo estábamos haciendo todo mal. No éramos conscientes, por nuestra manifiesta incapacidad visionaria, de que acercábamos a nuestras marcas al abismo más absoluto porque nuestra soberbia creativa nos impedía evolucionar y continuábamos produciendo ideas con formatos obsoletos y trasnochados. Menos mal que aparece Nuevatendencia para sacarnos de este error e invitarnos a sumarnos a su causa, consiguiendo así vender miles de millones de cuchillas de afeitar Filomatic, si era esto lo que se trataba de vender.

Cuando aparece Nuevatendencia, además, se produce un fenómeno de estratificación marketinística bastante radical:


a) Los que conocen Nuevatendencia de los primeritos tienen un margen de tiempo considerable para hacerse los cools delante de sus audiencias/clientes intentando convencerles para que se sumen “antes que nadie” a Nuevatendencia, porque está claro que Antiguatendencia es lo peor de lo peor. Este efecto dura hasta que Nuevatendencia se convierte en mainstream y, automáticamente, deja de ser cool.


b) Los que no conocen Nuevatendencia pasan a ser los losers del business. Despreciados por los seguidores de Nuevatendencia, ni siquiera saben que su final está cerca. Que todo lo que defendieron, por lo que lucharon y en lo que creyeron se está cayendo a pedazos sin que ellos puedan hacer nada por evitarlo. Y que la única salida posible para su supervivencia está en sumarse a Nuevatendencia. Si es que algún día son capaces de salir de su propio loserismo.
No soy un hombre muy leído (salvo en temas claves para la evolución del ser humano como las fechas de nacimiento de los jugadores de la liga desde la temporada 79-80 o las alturas de los jugadores de baloncesto desde la 84-85) y desconozco en profundidad el tema sectas, pero esto tiene toda la pinta de ser algo parecido, ¿no?


Bueno, pues la Nuevatendencia de ahora mismito (desde después del verano se viene hablando de esto) es el Native Advertising. O planteamos nuestras campañas desde las bases del Native Advertising o todo lo que hagamos va a ser una jena.


Según Dan Greenberg (CEO de Sharethrough), que parece que es el medio creador/impulsor de la tendencia: “Native Advertising is a form of media that’s built into the actual visual design and where the ads are part of the content”. O sea, como dicen en mi pueblo: tojunto. Todos los mensajes tienen el mismo formato, sean publicidad o no.
Por ejemplo, los tuits patrocinados en Twitter o esa genialidad de campaña de la Iglesia de la Cienciología con The Atlantic en la que publicaron un artículo sobre lo bien que van las cosas para los Tom Cruises, sin indicar que era la Iglesia la que pagaba y se lió parda (http://www.businessweek.com/articles/2013-01-15/the-atlantic-the-church-of-scientology-and-the-perils-of-native-advertising).


Ésta es la Nuevatendencia. Ya. Pues seguramente quedará precioso visualmente todo uniformadito, pero a mí como usuario me fastidia bastante que me intenten colar un contenido publicitario como si no lo fuera. Vamos, un advertorial de los de toda la vida, como esos míticos que nos hemos chupado en La Voz (mi favorito personal: Àngel Llàcer intentando meter en 20 segundos un textaco de Lindt de, mínimo, 90 segundos).

Hay vida


Pero, vamos, que el Native Advertising no es lo importante. Podrá ser el futuro como lo fueron los Social Media, o podrá ser el futuro como lo fue Second Life. El caso es que fuera de las tendencias, siempre hay vida. Y que el coolhunting y el trendsetting están de lujo, pero uno acaba hartito de aprender palabros nuevos para definir cosas que ya estaban definidas.
Sin pretender ponerme doctrinal pero, tal vez, consiguiendo todo lo contrario: una idea cojonuda es una idea cojonuda. Y todo lo demás es Milonging.

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