Un año más, nos enfrentamos al Blue Monday, en mi opinión un titánico lunes más, pero un lunes en el que está permitido quejarse y estar tristones, es más, si no lo estás, serás el rar@ de la oficina…

Sin embargo, creo que podemos sacarle partido tanto desde el punto de vista personal como comercial. Personalmente, nos lo podemos tomar como un reto para mejorar nuestra salud mental, algo vital para la época en la que vivimos. Si conseguimos darle una vuelta por completo, al día en el que prácticamente estamos obligados a estar cabizbajos, verlo todo positivo y conseguir sonreír sin esforzarnos... ese Blue Monday, habrá valido la pena. 

Pero claro, no podemos dejarlo ahí, es esencial cuidarnos y trabajar en nosotros mismos.

Desde 2019, se ha detectado un incremento en los problemas relacionados con la salud mental. (Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), desde 2019 hasta la actualidad, un 6,4% de la población ha acudido a un profesional de la salud mental por algún tipo de síntoma, siendo el mayor porcentaje un 43,7% por ansiedad y un 35,5% por depresión.)

Pero este artículo no es para ampliar la sensación Blue Monday, es para todo lo contrario. Veamos lo positivo, quizás no es que hayan aumentado estos problemas, siempre estuvieron ahí, quizás es que comentarlos, tratarlos y aceptarlos, se ha normalizado en la sociedad, lo cual ha permitido que todo el mundo pierda el miedo a tratarlo y por fin a buscar ayuda y solucionarlo.

Blue Monday
Blue Monday

Y ahora vamos con el punto comercial, ¿cómo sacarle partido de una manera materialista? Partimos de la premisa de que: “Siempre, cuando un mensaje del tipo que sea te toca de cerca de alguna manera, le prestas más atención”. Y eso es algo que las empresas tienen muy presente. Utilizan el llamado neuromarketing, un estudio del comportamiento con el que obtienen la información necesaria, midiendo reacciones y emociones de una manera objetiva.

La tendencia general es continuar con mensajes melancólicos, músicas y visuales que lo acompañen, hacer que el espectador se sienta tan identificado que no pueda sacarte de su cabeza. Pero hoy estamos de oferta, ¿por qué no aprovechar esa tendencia? ¿Por qué no entrar en la mente del consumidor y subirle el ánimo? En general mejorarle el día.

Es un punto interesante a tener en cuenta, una estrategia diferencial que consiga entender y conectar con el consumidor, proporcionándole ese empujón de confianza en sí mismo.

Todos necesitamos un poco de alegría, intentemos cambiar el significado de este día, que se recuerde que, de un día negro, conseguimos sacar todo lo bueno y que no se diga solo un: al menos lo intentamos.