Imaginaos esta secuencia: ver la cima, tan lejos… esforzarte, y sufrir. Llegar al éxito, a la cima de tu deporte, rompiendo barreras, prejuicios y convirtiéndote en el referente que siempre has querido ser… Y de repente ¡boom!, estás en todos los medios, eres portada de revistas, tus declaraciones son titulares, todo el mundo te quiere entrevistar, hay marcas que quieren patrocinarte y que seas su imagen… y ahora, ¿qué?

Seguramente esto se estarán preguntando algunas de las jugadoras de la Selección Femenina de Fútbol de España que han conseguido la increíble gesta de ganar un mundial, y que ahora afrontan otro reto mayúsculo: gestionar su visibilidad pública y su reputación ante las miles de peticiones de periodistas que tienen -seguramente- encima de la mesa.

No es ninguna broma que te vean más de 8,8 millones de telespectadores jugar (y encima ganar) una competición internacional. Estos datos multiplican por 20 a las audiencias habituales de los partidos de fútbol femeninos hasta ahora. Y precisamente esto es preludio de un nuevo escenario para el fútbol femenino, que vendrá seguramente acompañado de un importante y sostenido aumento del interés mediático por el deporte y por las jugadoras, dentro y fuera de nuestras fronteras.

Inicialmente, este aumento de la demanda de información sobre el fútbol femenino es algo esperado y necesario. Según la última edición del estudio ‘La visibilidad del deporte femenino en los medios de comunicación’, que en Apple Tree realizamos anualmente junto con Rebold, el deporte masculino sigue ganando por goleada al femenino en cuanto a Share of Voice de PR (78% de la cobertura en medios de comunicación es para ellos, frente al 22% para ellas). Sin duda, cuando realicemos la próxima edición del estudio esperamos ver un cambio significativo en estas cifras.

Pero, todo poder lleva consigo una gran responsabilidad y los retos no son menos apasionante: para empezar, el ecosistema mediático deportivo no es fácil. Ofrece gran alcance e influencia, pero también es competitivo, ávido de contenidos en tiempo real y en ocasiones ácido en el tratamiento de la información.

Por otra parte, hay muchos actores hablando a la vez: marcas, asociaciones, instituciones, competiciones… esto de nuevo es un buen indicador del momento de ebullición del sector; pero puede generar ruido y distorsiones, una comunicación menos fluida, poco coherente, malentendidos y otros episodios que ensucien la imagen del deporte y sus integrantes.

Y como último ingrediente, tenemos unas jugadoras en la élite del fútbol mundial con un gran nivel de profesionalización y exposición, que no necesariamente tienen porqué estar formadas en comunicación, ni cuentan un séquito de responsables de prensa para decirles cómo actuar. Y por supuesto, no siempre tienen los recursos y asesoramiento de los que sus compañeros del fútbol masculino sí disfrutan.

Lo cierto es que una buena estrategia de comunicación no es algo espontáneo, que llega sin más. También se entrena. Y como en el deporte, hay pautas básicas que seguir para lograr comunicar de forma efectiva.

La buena noticia es que estas reglas básicas de la comunicación se parecen mucho al propio estilo de juego de nuestras referentes femeninas en fútbol:

  • Repetition is reputation. Nuestra selección se caracteriza por el dominio del balón y el juego selectivo; igualmente, en comunicación es importante tener claro el mensaje, dominarlo y repetirlo cuantas veces sea necesario. La consistencia y trasladar el mismo mensaje en equipo… ¡¡es fundamental!
  • Simplicidad, menos es más. Igual que nuestras jugadoras, reconocidas por un juego directo y vertical, ir “to the point” es fundamental en comunicación. Coherencia, sencillez, veracidad, y concisión, ayudará a periodista a entender el mensaje
  • Generar emociones. Nuestras jugadoras son puro nervio, no escatiman ni con conservadoras. Conservar esa frescura y ser igualmente cercanas con los periodistas, que también son personas, les granjeará amistades y seguro lealtades

 

Si lo hacemos bien, si entendemos el momento de las jugadoras y las acompañamos en este crecimiento, tenemos mucho que ganar. Porque no solo se trata de integrarse dentro del sistema de comunicación deportivo actual, se trata de enriquecerlo, de mejorarlo, de darnos entre todos una información de mayor calidad, más humana, que conecte mejor con nuestras audiencias. Y esto en definitiva, contribuirá a crear una sociedad más diversa e inclusiva. Periodistas, marcas, comunicadores… todos podemos hacer juntos algo nuevo y mejor. Juguemos este partido.