El envío consistía en una caja negra con un plantarium con semillas de girasol plantadas, junto con un folleto explicativo de los servicios de Orange. El objetivo era posicionar la nueva marca y darla a conocer entre las grandes empresas como operador integrado que ofrece servicios de voz, datos, fijo, móvil. La estrategia de la agencia presentaba a Orange como una alternativa. MRM trabajó en el concepto “sembrar la duda” como un sutil “ataque” a la competencia de Orange que hace replantear la situación de una gran empresa respecto a sus proveedores de telecomunicaciones. La campaña invita al cambio a Orange, que pone a disposición de la gran empresa todos los servicios de telecomunicaciones que pueda necesitar, bajo un único proveedor.