La campaña, que está activa hasta el próximo mes de junio, se enmarca dentro de “Integra”, el programa de fidelización que Pfizer Salud Animal mantiene con su red de distribuidores.La idea que comunica la campaña a los gerentes es que la reestructuración propuesta por Pfizer beneficia directamente a sus negocios, a la relación con la firma farmaceútica y, cómo no, a sus clientes finales: los animales.Para ello, recibieron una caja con el mensaje: “Juntos no hay retos imposibles”. Al abrirla, el gerente encontraba dos eslabones de cadena unidos, icono de que el cambio propuesto por Pfizer reforzaba la relación entre el laboratorio y el distribuidor (cuyo nombre iba personalizado). A continuación, el gerente era animado a tirar de los dos eslabones y, sorprendentemente, descubría una cadena de perro, símbolo de que los animales eran los principales beneficiados de que Pfizer y sus distribuidores de confianza siguieran trabajando juntos. La cadena sujetaba a un perro de peluche con cuya compra se donaban parte de los beneficios a Adda (Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales).Finalmente, se adjuntaba unos cheques regalo para agradecer a los gerentes el esfuerzo realizado en sus empresas al implementar los cambios propuestos por Pfizer