La guía actual se centra en aclarar las áreas de transparencia, fraude publicitario y seguridad de la marca
La guía actual se centra en aclarar las áreas de transparencia, fraude publicitario y seguridad de la marca

Aunque, de acuerdo con la Federación Mundial de Anunciantes (WFA), el fraude publicitario representará más de 50.000 millones de dólares en 2025.

Y eso, según las previsiones más conservadoras. De hecho, un dato que se observa en España, se indica en la guía, es que “las violaciones a la seguridad de la marca han aumentado en un 25% durante el último año debido al incremento de noticias falsas y contenido sin confirmar, lo que ha dispuesto un difícil escenario para la publicidad online de las marcas”.

Los datos referentes a España han sido analizados para la elaboración de la segunda guía presentada por la Comisión de la Industria Publicitaria, en este caso destinada a transparencia, fraude y seguridad de marca, cumpliendo el plan de actuación previsto por esta comisión impulsada por la Asociación Española de Anunciantes en 2017 e integrada por las principales asociaciones del sector. Como se recordará, el primer documento lanzado fue la guía sobre visibilidad, el mismo año de su constitución, y su anexo con los parámetros, auditoría y certificación, un año después. 

La guía actual se centra en aclarar las áreas de transparencia, fraude publicitario y seguridad de la marca y “como punto de partida persigue conocer la transparencia en coste y en el inventario donde las campañas de los anunciantes se ubican”. En relación con la transparencia, la guía explica qué se debe controlar y cuáles son las recomendaciones básicas. En cuanto al fraude publicitario, de partida se recomienda valorar si el anuncio es expuesto a un humano en un sitio legítimo para evitar el fraude publicitario y también se determina la definición de fraude, los tipos que adopta y las buenas prácticas para combatirlo, incluyendo recomendaciones al respecto. En cuanto a la seguridad de marca, la guía ofrece, además de una definición de este concepto, una especificación del riesgo que contribuye para la marca no respectarlo y una serie de prácticas y consejos para conseguirlo.

Sobre la necesidad de establecer estos estándares, sus responsables son tajantes: “La inversión en publicidad digital representa prácticamente el 30% del total inversión en medios convencionales, con tasas de crecimiento elevadas cada año. Es, por tanto, un mercado cada vez más maduro y que atrae un mayor porcentaje de inversión de los anunciantes y, como tal, necesita dotarse de unos estándares y buenas prácticas que ayuden a su mejor comprensión y desarrollo”.