Hay un dicho en el mundo digital: "Si no pagas por un producto, ¡entonces tú eres el producto!". Concretamente, esto significa que muchos de los servicios que se usan habitualmente ganan dinero proporcionando los datos personales de los usuarios (ubicación, demografía, actitudes de consumo, etc.) a los anunciantes. Esto implica que los datos tienen un precio, pero ¿cuál es?

¿Millonario vendiendo datos?

Comencemos recordando lo obvio. Hay demasiados datos. Como se puede ver en la imagen a continuación, se generan miles, o incluso millones, de puntos de datos cada minuto.

 

Fuente: https://www.domo.com/data-never-sleeps

Además, no todos estos datos son iguales. Los datos de los consumidores utilizados por las empresas se pueden dividir en cuatro categorías:

  1. Datos personales. Son la información personal, que incluye información identificable (números de pasaporte o de tarjeta de identidad) e información no identificable (una dirección IP, un identificador de cuenta o un número de serie de un dispositivo).
  2. Datos de interacción. Este tipo de datos detalla cómo los consumidores interactúan con herramientas digitales, incluidos sitios web, aplicaciones, objetos conectados y redes sociales.
  3. Datos de comportamiento. Esta categoría incluye detalles transaccionales como historiales de compras, el tiempo pasado en un sitio web e incluso la velocidad con la que el usuario hace clic en su ratón.
  4. Datos actitudinales. Este tipo de datos incluye las medidas de satisfacción del consumidor, lo que permite, por ejemplo, identificar la disposición a pagar por un producto o el deseo de un producto por parte de una población de consumidores.

Por lo tanto, el valor de los datos de una persona dependerá del tipo de datos extraídos, de la fiabilidad de esos datos y del contexto en el que se intercambian. Para dar una idea, a continuación, hay una tabla con los precios promedio de algunas informaciones.

 

Fuente: https://www.invisibly.com/learn-blog/how-much-is-data-worth/

Entonces, para responder a la primera pregunta, no, no se puede uno hacer millonario vendiendo los datos. Sin embargo, otros sí pueden hacerse millonarios si se les das acceso a los datos. De hecho, cuando las empresas acceden a los datos, pueden comprender mejor a sus clientes y vender productos de manera más eficaz.

Es por eso que las empresas prefieren, en lugar de pagar por la compra de datos, acceder a ellos directamente. Para hacerlo, las empresas tienen varias herramientas a su disposición. Pueden simplemente hacer que se firme un consentimiento para compartir los datos la primera vez que uno se conecte a sus plataformas o aplicaciones, pueden instalar sistemas para recopilar esos datos o incluso pueden comprar empresas que posean dichos datos.

Las empresas automovilísticas recopilan enormes cantidades de información a través de los dispositivos GPS instalados en la gran mayoría de los coches. ¿Y todas esas aplicaciones que se dejan ejecutándose en segundo plano en el teléfono? Pues bien, también recopilan información sobre la vida cotidiana.

¡No te preocupes, el RGPD vela por nosotros!

El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) es la ley de privacidad y seguridad más estricta del mundo. Se instauró en respuesta a las crecientes preocupaciones de ciudadanos y organizaciones sobre la privacidad y la protección de los datos personales, para abordar abusos y la falta de control sobre el uso de su información por parte de empresas e instituciones. El reglamento entró en vigor el 25 de mayo de 2018 y prevé sanciones severas para aquellos que no cumplan con reglas específicas de gestión y adquisición de datos. El RGPD permite imponer sanciones más importantes que las leyes anteriores. Aunque es una ley europea, el hecho de que muchas organizaciones operen en estructuras globales las obliga a cumplirla cuando dirigen o recogen datos relacionados con personas en la UE.

Sin embargo, el RGPD no evita tres escenarios posibles. El primero se refiere a los datos que se proporcionan gratuitamente (por ejemplo, todos esos largos formularios que se aceptan sin leer). El segundo incluye los datos adquiridos involuntariamente por otros (por ejemplo, imágenes de nosotros tomadas por otros en sus teléfonos). Finalmente, el RGPD no puede proteger de la dark web, donde miles de datos se intercambian de manera ilegal cada día.

Cómo proteger los datos

En este artículo, hemos analizado los tipos de datos que existen, algunos de los objetos cotidianos que pueden generar datos (en resumen, todos los objetos conectados y todo lo relacionado con la web generan datos accesibles) y de los precios que las empresas están dispuestas a pagar por los mismos. La toma de conciencia es el primer paso.

¿Qué más se puede hacer?

Para ir más allá, se pueden implementar unas ideas sencillas para reducir el uso y la monetización de nuestros propios datos:

  • Activar "No rastrear"
    Activar la función "No rastrear" en la configuración del navegador para pedir a los sitios web que no sigan el comportamiento de navegación.
  • Utilizar una VPN
    Una red privada virtual (VPN) puede ocultar la dirección IP y cifrar el tráfico en Internet, haciendo más difícil que las empresas sigan las actividades en línea.
  • Limitar el compartir en redes sociales
    Ajustar los parámetros de privacidad para controlar quién puede ver las publicaciones y la información personal.
  • Darse de baja de la recolección de datos
    Aprovechar las opciones de exclusión ofrecidas por los sitios web para limitar la recolección de datos.
  • Utilizar aplicaciones de mensajería cifrada
    Cambiar a aplicaciones de mensajería que ofrezcan cifrado de extremo a extremo, como Signal o WhatsApp, para proteger la privacidad de las comunicaciones.
  • Revisar los permisos de las aplicaciones
    Examinar y limitar regularmente los permisos otorgados a las aplicaciones en los dispositivos.
  • Utilizar bloqueadores de anuncios
    Instalar bloqueadores de anuncios y rastreadores como uBlock Origin o Privacy Badger para reducir el seguimiento en línea y los anuncios.
  • Actualizar regularmente los parámetros de privacidad
    Revisar y actualizar frecuentemente los parámetros de privacidad de las cuentas en línea, incluyendo correo electrónico, redes sociales y otros servicios.
  • Evitar el uso de Wi-Fi público
    Las redes Wi-Fi públicas pueden ser poco seguras y sujetas a la interceptación de datos. Usar datos móviles o una VPN cuando sea necesario.
  • Leer las políticas de privacidad
    Antes de usar un nuevo servicio, leer su política de privacidad para entender cómo se usarán y compartirán los datos.
  • Utilizar motores de búsqueda privados
    Cambia a motores de búsqueda que no sigan el historial de búsqueda, como DuckDuckGo o StartPage. O usar la función de navegación privada en navegadores más conocidos.
  • Desactivar los servicios de localización
    Desactivar los servicios de localización en los dispositivos cuando no se necesiten para evitar que las aplicaciones y sitios web sigan los movimientos.
  • Limitar el uso del almacenamiento en la nube
    Ser selectivo con los datos personales que se almacenan en los servicios en la nube. Cifrar los datos sensibles antes de subirlos.
  • Auditar regularmente la presencia en línea
    Realizar auditorías periódicas de las cuentas en línea y eliminar aquellas que ya no se utilizan para minimizar la huella digital.

Al implementar estas medidas, se pueden reducir significativamente la cantidad de datos recopilados sobre una persona y tomar un mayor control sobre la privacidad en línea.

Fernanda Arreola, Profesora de Estrategia, Innovación y Emprendimiento, ESSCA School of Management

Álvaro Hidalgo, Fundador Data Milling y profesor adjunto en ESSCA Málaga