Gutenberg no fue un visionario sino un empresario pragmático que encontró el modo de imprimir biblias más rápido y barato. Fue Lutero quien, setenta años después, comprobó el potencial disruptivo de la imprenta, pues gracias a ella pudo distribuir sus ideas y terminó partiendo en dos a la multinacional del momento.

En paralelo al protestante, un grupo de empresarios venecianos muy listos encontraron formas rentables de explotar esta nueva tecnología con la impresión y distribución de los primeros catálogos de producto, panfletos, carteles y las primeras campañas de branding y transmedia de la historia. Así es como la marca Murano cobró una ventaja competitiva sobre los demás artesanos que vivían del boca a boca, y se apropió de los conceptos exclusividad y sofisticación. Quinientos años después esa relación aún reside en nuestra memoria.

El Arsenal de Venecia, además de ser el mejor fabricante de barcos del Mediterráneo, lo pareció a base de campañas de branded content B2B, imprimiendo y distribuyendo mapas, cartas de navegación, crónicas y libros sobre batallas navales en donde el navío made in Venecia era clave para la victoria… hay muchos y muy buenos ejemplos.

Y la propia marca Venecia inundó el continente con textos y grabados que todavía hoy son iconos asociados (máscaras, góndolas, joyas, glamour) convirtiendo al Nueva York de la época en la ciudad más fascinante y única del mundo, y epicentro del comercio global.

Esto es lo que debemos entender como una revolución tecnológica que habilita una ventaja competitiva. Y fue el tiempo o, mejor dicho, los historiadores del XIX, los que le dieron el carácter revolucionario al invento, pues sus efectos y resultados fueron evidentes. Sin embargo, el gran avance tecnológico de nuestra era, la inteligencia artificial, ha entrado en escena mostrando primero la promesa revolucionaria y poco a poco el invento. Se nos está prometiendo que se avecina una revolución total e inminente en todos los aspectos de nuestra sociedad y economía, casi nada. Mientras tanto, la realidad es que esta tecnología ha impreso un par de biblias y no hay, de momento, ni un veneciano que haya encontrado una forma rentable de explotar esta tecnología.

Hay machine learning, hay automatización avanzada y algoritmos predictivos basados en datos históricos, por supuesto, pero IA solo la utilizan los fabricantes de IA. Si buscamos casos donde la inteligencia artificial realmente aprende, genera o toma decisiones de manera autónoma, los ejemplos son más selectivos.

En estos momentos se está desarrollando, mejorando, optimizando y avanzando a una velocidad extraordinaria, pero estamos en fase Gutenberg, quien tuvo que experimentar 15 años en secreto antes de lograr un sistema de impresión fiable y una aleación metálica adecuada para los tipos móviles. Los fabricantes de IA, por su parte, están buscando soluciones a muchos problemas, pero hay factores determinantes que no dependen solo de ellos. Más allá de la complejidad y el reto del consumo energético, de los avances en hardware, almacenamiento, aprendizaje e información, hay intereses gubernamentales, geoestratégicos, cuestiones éticas, de privacidad y también de legalidad.

Y mientras todo esto cobra forma, nosotros con nuestras empresas tenemos que estar preparados, porque millones de organizaciones llegaron tarde a digital y su transformación ha tenido que hacerse a marchas forzadas, mientras otras, más pequeñas, les han robado cuotas de mercado que jamás recuperarán.

Puedes dejarte llevar por los prejuicios y resistirte a cambiar. También puedes acusar a los fabricantes y sus inversores de overpromising. Pero creo que es más interesante analizar cómo algunas empresas se están preparando para el advenimiento de la IA, de modo que, cuando llegue el momento, no necesitarán adaptarse sino acelerar.

1. Cultura y mentalidad

No es la inteligencia artificial, tenemos que estar predispuestos al cambio. Es mentalidad de exploración. La IA no se activará con un interruptor. Está provocando y va a provocar muchos cambios consecutivos. La evolución está siendo progresiva.

Preparar a la organización significa formar equipos en el pensamiento digital y en la gestión del cambio. Insisto, no solo en IA.

Las empresas que empezaron pronto con internet empezaron con una web, pero fue más importante su nueva forma de ver los negocios.

La tecnología es estratégica, no una moda. Puede protagonizar una campaña de publicidad, por supuesto, pero te dejará sin discurso para la siguiente.

Y ahora sí, necesitas un equipo que entienda de IA, o serás esclavo de proveedores de IA. El conocimiento no se puede externalizar al 100%.

2. Datos

Tiene que existir un sistema de datos limpio y estructurado. Sin datos organizados y de calidad, la IA no servirá para gran cosa, pues los modelos actuales requieren organización, accesibilidad y etiquetado.

Las herramientas de analítica avanzada son una inversión necesaria porque antes de entrar en cuestiones complejas, la organización tiene que ser madura en análisis de datos. Si no entiendes bien tu demanda actual, no podrás beneficiarte de un sistema predictivo.

3. Pruebas piloto

¿En qué áreas tiene sentido la IA hoy? No todas las funciones y departamentos de la empresa están listas, pero algunas sí pueden empezar a beneficiarse.

Los departamentos de marketing y las agencias deberían estar trabajando ya en la hiper-personalización publicitaria, contenidos y segmentación avanzada. Atención al cliente puede implementar chatbots y asistentes. Recursos Humanos cuenta con aplicaciones que permiten el cribado de currículos, debería probar la analítica y la formación personalizada. En Supply Chain deberían estar optimizando rutas y haciendo las primeras predicciones de demanda.

Los proyectos piloto permitirán medir la eficiencia sin incurrir en riesgos innecesarios.

Es buen momento para hablar con universidades y startups tecnológicas, y quizás buscar alianzas estratégicas. Esto permitirá estar informados de los avances que realmente son relevantes y, por lo tanto, desarrollará un mejor criterio y olfato empresarial.

4. Tecnología

Infraestructura obsoleta, a la basura. O a reciclar, o lo donas. Lo que quieras, pero la IA no va a venir en discos de cinco y cuarto. Si la empresa sigue operando con sistemas antiguos, incorporar lo nuevo será imposible.

Evalúa la migración a entornos más flexibles y escalables, como cloud.

Los desarrollos desde cero son un riesgo ahora mismo espectacular. En lugar de desarrollar internamente, se están usando plataformas de terceros para tareas específicas hasta que la tecnología interna sea lo suficientemente madura.

5. Talento

Los equipos requieren una serie de formaciones específicas en IA, pero aplicada a negocio y analítica de datos. Es difícil de conseguir, porque hoy medio mundo presume de expertise, pero quien busca encuentra.

Los equipos deben entender cómo va a impactar la IA en sus respectivas áreas e ir integrando una mentalidad digital.

Necesitamos perfiles estratégicos, no departamentos. Un “equipo de IA” sin una dirección clara no irá a ninguna parte, pero un data scientist en ventas puede ser muy útil. Incorpora a gente con conocimientos orientados a áreas clave (IT, por supuesto, marketing, operaciones).

Y hasta aquí, por hoy.

La estrategia correcta no es esperar para adoptar inteligencia artificial. Hay mucho ruido, pero para un momento, observa: los smartphones eran solo teléfonos con apps, pero hoy están diseñados para ser “centros de IA”. ¿Tu producto podrá incorporar inteligencia en algún momento? Mira lo que está haciendo Adobe sin alterar el flujo de trabajo principal, incluyendo generación y edición inteligente. Habrás visto ya los vídeos de agentes contratando billetes de avión, reservando restaurantes, pidiendo presupuestos… ¿hacia quién tienes que orientar la usabilidad de tu web?

Es probable que tú y yo seamos los últimos en utilizar el verbo navegar por internet.

Lutero tenía un contenido importante que transmitir y los mercaderes venecianos tenían los productos y la cultura comercial. Ninguno esperó a que la imprenta fuera masiva, entendieron su valor y estaban listos para aplicarla antes que sus competidores.

Las empresas que gobernarán los próximos años sus respectivos mercados serán las que estén estructuralmente listas: fomentemos un mindset digital, estructuremos y modernicemos; probemos, fallemos, acertemos.