El impacto de la tecnología, la revolución digital, los cambios sociales que acarrea, así como los procesos de globalización, están revolucionando las diferentes industrias dentro del entretenimiento.


‘The New Entertainment’: 

Las  industrias culturales evolucionan por momentos. Gracias a los dispositivos conectados, el entretenimiento está en todas partes, y llega en segundos a cualquier parte del mundo. La información se transforma en entretenimiento y las barreras entre los diferentes sectores son cada vez más pequeñas. La tecnología ha cambiado la forma en la que la entendemos y en cómo vemos el cine, la música, así como la cultura en general. No se trata de un cambio tecnológico sino de una revolución social.

‘Consumption changes’: 

Hoy se cuenta con un acceso a la cultura prácticamente instantáneo e ilimitado. Se tienen al alcance de la mano más contenidos y experiencias que en cualquier otro momento de la historia. Los servicios de suscripción digitales han cambiado las reglas del juego. Desde fenómenos como el ‘bingewatching’ de series hasta los ‘micro-momentos’ de atención, las industrias culturales deben adaptarse a las nuevas motivaciones del consumidor.


‘Gaming Revolution’:

Sin duda el mundo del ‘gaming’ es uno de los sectores con mayor crecimiento en los últimos años. Se sitúa en cifras de beneficio ya mayores que las del cine y la música. Y es que, el concepto de lo que es un videojuego se ha transformado desde clásicos como “Pong” en 1972. Hoy se trata de una industria billonaria que habla por sí sola. Nuevos conceptos como ‘e-sports’, los juegos masivos en línea, o los desarrollados  a través de realidad virtual.Los videojuegos comienzan a adaptar claves de otros sectores como el cine, recuperando su esencia más “retro” y buscando nuevos targets.

‘Brands as Entertainers’: 

Desde siempre, las marcas tratan de adaptarse a la cultura para conectar con la gente. Lo que ha cambiado a día de hoy es la filosofía y el nivel de implicación a la hora de hacerlo. Hoy hay marcas que se comienzan a comportar como productores, como ‘publishers’, como creadores de cultura y de entretenimiento. 


El consumidor se ha vuelto muy exigente y es inmune al marketing tradicional. Por ello, las marcas buscan nuevas maneras de conectar formando parte activa de mundos que les apasionan, redefiniendo así los límites entre marketing e industrias culturales.


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