Esta confianza en la economía – avalada por las mejores perspectivas a nivel macroeconómico y las cifras de empleo - también invita a incrementar las previsiones de ingresos en los hogares. En este sentido, el indicador cierra 2016 con una subida respecto al anterior trimestre de 7 puntos hasta alcanzar los 16 puntos.

Como ya se ha observado anteriormente, este indicador y el de expectativas económicas fluctúan y se mueven de manera similar. Si la confianza en la economía crece, también lo hace la esperanza en un mayor nivel de ingresos.  Sin embargo, y a pesar de la mejora, el indicador relativo a las rentas en los hogares todavía está 15 puntos por debajo del dato alcanzado a finales de 2015 (+31 puntos). 

En contraste con lo anterior, la disposición a comprar permanece estática y en valores negativos. Los consumidores españoles todavía se mantienen cautelosos ante el gasto más allá de las necesidades diarias. El indicador ha vuelto a bajar un punto al final del año y cierra con -6 puntos. Es una pequeña subida de 2 puntos frente el mismo período del año anterior, pero indica que la austeridad en los hogares se mantiene.

De hecho, la brecha entre la percepción de mejora en la economía del país y la de los hogares se ha vuelvo a ampliar y se sitúa en los 31 puntos. Tal y como venimos observando durante el último año, en España los consumidores consideran que al país le va mejor y le seguirá yendo bien, mientras nos siguen indicando que esa situación no se replica en sus hogares, donde las condiciones no han cambiado desde febrero de 2011, última vez que la disposición a comprar mostró un resultado positivo.
 
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