El punto de partida de este informe, como marco que explica buena parte de las nuevas tendencias de consumo, es la percepción de un fallo del sistema por parte del consumidor: "un sistema que falla, no en el sentido de venirse abajo, sino en el de fallar a los ciudadanos en la satisfacción de sus necesidades y expectativas. El modelo de salida de la crisis económica no es ni una superación del sistema socioeconómico ni un retorno a la situación pre-crisis. Es más bien una situación de estancamiento y desorientación que desemboca en la búsqueda de autonomía individual al margen de los referentes del sistema: el Estado, las grandes marcas y compañías, los medios de comunicación…", explican los responsables de este análisis.

Ante este fallo del sistema, los ciudadanos han tomado posiciones en once aspectos que el informe recoge como aprendizajes de 2016:

1.- El ciudadano no quiere perder su nivel de consumo pero busca circuitos alternativos, experiencias de compra accesibles y socialmente aceptables.

2.- El desarrollo de herramientas de autogestión y los circuitos de compra-venta afianzan la autonomía personal de un individuo que se vive a sí mismo en términos de persona-empresa

3.- Se accede a ceder los datos personales a cambio de aprovechar el valor que se genera alrededor de ellos: no solo en forma de ofertas y promociones, también en servicios que permiten una mejor gestión individual.

4.- Activismo femenino: ya no se acepta la divergencia entre la teoría y la realidad en cuanto a igualdad y se combate contra ello defendiendo, además, diferentes modelos de mujer.

5.- El profesional ‘millennial’ establece con las organizaciones vínculos que no tienen que ver ni con el tamaño de estas ni con el del salario, sino con los valores.

6.- La relación con el dinero ha cambiado: se pasa de la moneda al flujo, y eso favorece la entrada de nuevos actores en ese ámbito.

7.- Lo inaccesible cobra nuevo valor. La escasez como elemento que incrementa el valor de un producto/servicio/experiencia.

8.- El concepto de saludable ya no es solo territorio de lo ecológico, sino que se exige también en el gran consumo.

9.- La batalla de la confianza en alimentación se juega alrededor del etiquetado y la credibilidad que genera: hoy es el azúcar, mañana será la grasa o el almidón.

10.-En el ámbito del ‘e-commerce’ se genera una necesidad de gestionar la ansiedad del consumidor en la caja negra que se abre desde el pago a la entrega del producto.

11.- El consumo audiovisual se individualiza.