Florencio García, ‘retail sector director’ Iberia de Kantar Worldpanel, afirma en un comunicado que  "aun así, el potencial para el e-commerce en España es enorme, y en 2018 aguardamos un primer gran salto en cuota con el empuje de la nueva web de Mercadona, sumada al incremento de presencia de Amazon y a los planes de todos los distribuidores para este canal". 

Un 26% de los hogares españoles ha hecho alguna compra de alimentación, droguería o perfumería a través de Internet entre abril de 2016 y marzo de 2017, frente al 22% que lo hizo el año anterior. También ha aumentado la frecuencia de compra en este canal, de 3,1 a 3,7 compras anuales, mientras que el ticket medio se ha reducido en 2,4 euros hasta los 43,4. Al final del año, cada hogar ha gastado 158 euros en hacer la compra online, 15 euros más que hace un año. 

El ‘e-commerce’ se ralentiza en Europa 

Europa sigue siendo un continente dividido. Con un 5,6% de cuota, es el segundo mayor mercado en el mundo después de Asia. Sin embargo, mientras Reino Unido y Francia siguen en cabeza con un 7,5% y un 5,6% respectivamente, otros países como Alemania (1,7%) o Países Bajos (2,6%) siguen muy lejos de esas cifras. 

Asimismo el informe detecta señales de que el comercio electrónico se está ralentizando en aquellos países donde está más desarrollado, como Reino Unido o Francia, que a pesar de crecer, lo hacen a un ritmo inferior que en años anteriores. 

Por el contrario, las ventas online de gran consumo en Estados Unidos han crecido rápidamente en los últimos meses, a pesar de ser un país más ligado a grandes formatos de tienda como los hipermercados. Un 30% de la población ya hace la compra a través de internet, y se espera que el gasto en alimentación y alcohol a través de Internet alcance los 20.000 millones de dólares este año. 

Por su parte, el crecimiento del canal online en América Latina ha sido moderado en los últimos 12 meses. La falta de confianza en los métodos de pago, junto con la gran popularidad de formatos de descuento, hace de esta región uno de los mercados más difíciles para las marcas. Así pues, el comercio electrónico es todavía un canal de compra residual para la mayor parte de los países, con la única excepción de Argentina, donde su uso es muy superior al promedio de la región. 

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