MyRealFood, 'app' de Carlos Ríos
MyRealFood, 'app' de Carlos Ríos

La vuelta a la rutina tras la Navidad siempre trae consigo un objetivo compartido por muchos: sumarse a la vida sana y contrarrestar los excesos de las pasadas semanas. Si bien sigue siendo enero el mes por antonomasia de los buenos propósitos, entre los que siempre se encuentra empezar a llevar una vida más saludable, en los últimos años hemos sido testigos de cómo esto se convertía en una tendencia creciente sin importar la época. 

La alimentación se ha convertido en el gran caballo de batalla en esta revolución de los cambios de hábitos, cada vez son más los que se preocupan por saber qué comen exactamente y cuáles son sus beneficios o perjuicios. Este ha sido el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de apps de escaneo de códigos de barras de productos que hemos visto durante los últimos meses. Ipsos ha realizado una consulta con su herramienta What&WhayCommunity para conocer cuál es la penetración en el mercado de estas aplicaciones. 

El dato más destacado es que ya un 30% de los españoles se ha descargado  una de estas apps de nutrición en los últimos tres meses. Es decir, cada vez son más los que deciden escanear los códigos de barra de los productos en el supermercado para decidir si comprarlo o no según la información nutricional que le proporcione esta aplicación. Además, estas aplicaciones te proponen alternativas o consejos para realizar una compra más saludable.

En esta consulta se ha preguntado sobre las más conocidas, siendo MyRealFood la más popular (18%), seguida de Yuka (17%) y otras como Coco con el 6%. Estas aplicaciones ayudan a los consumidores a descifrar las etiquetas de los alimentos y sus componentes, arrojan luz sobre conceptos como light, bio, o 0% azúcares que no siempre significan lo que el usuario cree. Y quizá, lo más importante, es que realizan una labor de democratización entre las marcas, ya no importa el logo, si no los componentes en sí de cada producto. 

Su éxito ha propiciado la ampliación de sus aplicaciones también a productos cosméticos, donde la composición es clave para lograr los beneficios que promete. Conocer exactamente sus ingredientes dará mucho más poder de decisión a los consumidores.