España es un país muy cítrico, marcado por la gastronomía mediterránea. Pero sobre todo destaca la naranja: gana en una proporción de 3 a 1 al limón. En el otro lado, a los anglosajones les gustan las frutas rojas, como las bayas, los arándanos, las frambuesas. También les gusta la menta, un sabor muy rechazado por los consumidores españoles. Aquí sólo lo admitimos en chicles y dentífricos. “En Reino Unido triunfa todo lo que sea ácido, astringente. También están más consolidados los zumos con un valor nutricional adicional”, asegura Juan Guardiola, director de Calidad de J. García Carrión, a Marketing News.En cuanto a otros sabores, está demostrado que la manzana es un éxito en el Norte de España y la piña en las ciudades grandes. El plátano y la fresa también son aciertos seguros a la hora de hacer una composición de un multifrutas, “seguramente porque su sabor nos es familiar desde la infancia”, cuenta Guardiola.El dulce es una tentación que no podemos evitar. Los helados, yogures y caramelos tienen fórmulas más dulces en España que en el resto de Europa. La preferencia por el dulce también se da en las bebidas alcohólicas, donde el ron oscuro es preferido al whisky. Sin embargo, a los árabes les gustan las bebidas más dulces todavía.

Para esta directiva “en España ahora está empezando a darse una explosión de sabores. Tenemos una transición muy rápida. Estamos en una fase de amplificación de los sabores simples con una introducción de sabores complejos”.Aunque España siga siendo conservadora en sabores, en J. García Carrión están prevenidos para las sorpresas: “la primera vez que hicimos zumo con leche no pensábamos que íbamos a tener el éxito que hemos tenido, porque parecía una mezcla tabú, por lo que nos decían de pequeños”. Comparado con otros países, España aún tiene mucho que experimentar: “Australia por ejemplo tiene una batería de sabores espectacular, porque tienen muchas mezclas, como coco y maracuyá. Se atreven con sabores complejos. En Estados Unidos todo existe, aunque el más sofisticado es Japón: no solo en sabores sino en formatos. Es el país con mayor número de sabores”, afirma Trejo.

El director de Calidad de J. García Carrión explica que el ciudadano centroeuropeo nos lleva años de ventaja, “está más informado y preocupado que nosotros. Por ejemplo, los néctares allí están considerados de peor calidad, prefieren los zumos donde no ha sido sustituida la fruta por azúcar”. Ver reportaje completo en el número 1168 de la revista Anuncios.