Desde primera hora de la mañana el barrio de La Latina se colapsó por la gran afluencia de público, que acudió a la cita empujado por la gran repercusión mediática que el evento había conseguido. De la comunicación se encargaron tanto Señor Goldwind como Ars Publicidad.Los organizadores han hecho público que en el Change Bureau los asistentes cambiaron más de 15.000 euros a libras, para obtener así el descuento por pagar con moneda inglesa (también se podía pagar en euros pero sin descuento). Beefeater se trasladó a Londres, convenció a los propietarios de los mercadillos para embarcarse en el proyecto, los subió a un avión y montó en Madrid alrededor de medio centenar de puestos. La Plaza de la Paja se londonizó desde las 11 de la mañana hasta las siete de la tarde. Desde Londres se trasladó un camión con 10 toneladas de mercancía y más de 100 mercaderes vendieron miles de artículos de bisutería, moda, antigüedades, música y fotografía, entre otros. Para aquellos que no dominaban la lengua se instalaron dos escuelas de idiomas donde se les enseñaron frases útiles para el regateo. Más de 15.000 personas recibieron formación de profesores nativos.El ambiente callejero de Covent Garden tampoco faltó a la cita. Los sonidos de un cuarteto de música clásica se mezclaron con ritmos caribeños y con jazz al más puro estilo Oliver Twist. Una jornada de shopping londinense donde también se disfrutó de comida típicamente inglesa como fish and chips y fruits with chocolate.