En el extremo opuesto, la encuesta revela que los consumidores están mucho menos dispuestos a renunciar al empaquetado diseñado para conservar los productos limpios y sin que nadie los haya tocado (27 %); al destinado a conservar los productos en buenas condiciones (30 %); a la información en el paquete en forma de etiquetado, como las instrucciones de preparación y de empleo de los alimentos (33 %); y al empaquetado que conserva los productos para que duren más o permanezcan más frescos (34 %). En cualquier caso, la conciencia ecológica resulta claramente establecida entre los consumidores: sólo uno de cada diez consumidores de todo el mundo no se muestra dispuesto a prescindir de ningún aspecto del empaquetado a favor del medio ambiente.España, ecológicos pero cómodosLos consumidores españoles participantes en el estudio muestran también conciencia ecológica a la hora de prescindir de algunos aspectos del empaquetado si ello beneficia al medio ambiente, con porcentajes similares a las medias globales. Así, el 55% de los españoles consultados renunciaría a los embalajes diseñados para transportar los productos con facilidad; el 52% a los preparados para apilar y almacenar fácilmente en casa; y un 45% a los que se pueden utilizar para preparar los alimentos o como recipientes reutilizables.Los porcentajes descienden notablemente en los otros aspectos de los embalajes: sólo un 32% de los consumidores españoles renunciaría al empaquetado que conserva los productos para que duren más o permanezcan más frescos; el 25%, a la información etiquetada, como las instrucciones de preparación y de empleo de los alimentos; y el 23% al destinado a conservar los productos en buenas condiciones, limpios y sin que nadie los haya tocado. Uno de cada diez españoles, el 11% del total, no está dispuesto a renunciar a ninguna de estas características del empaquetado por el medio ambiente