Uno de los cambios más relevantes ha sido la introducción del “logomundo”, que nace de la unión del logotipo corporativo, en primer plano, y una representación del globo terráqueo como plano de fondo. 

La nueva identidad visual de la marca se realizará tanto en España como en los más de 40 mercados internacionales donde San Miguel opera (su volumen de exportación del 32% de toda su producción). 

En cuanto al color, San Miguel potencia ahora la presencia del blanco para unificar todos sus formatos de lata y ‘packs’. En cuanto a la botella y al botellín, seguirán basándose en el uso de un conjunto de colores combinados: el blanco, el verde, el rojo y el oro. 

Este cambio se realizará, tanto en el canal de hostelería como en el de alimentación, de forma escalonada desde el mes de mayo hasta mediados de julio.