Para lanzar la campaña se siguió una estrategia de comunicación integral a través de tres fases: la fase ‘teaser’, donde se lanzaron ‘tráilers’ y piezas para generar expectativas entre el público de Damm. La segunda fase, en la que se estrenaba el corto por todo lo alto, como si de un largometraje se tratara. Finalmente, se decidió personalizar ciertas piezas que revelaban información inédita del rodaje. 

Según la compañía, las ventas se incrementaron un 15%, muy por encima de la categoría y del resto de competidores. La visibilidad y cobertura conseguida se tradujo en más de diez millones de visualizaciones en YouTube y cinco millones en Facebook. Gracias a este nuevo formato también se consiguió mejorar el recuerdo vinculado con los seguidores de la marca.

La conversación entorno a la compañía fue de más de 45.000 menciones en redes sociales, un 94,1% positiva. Los medios no pagados fueron valorados en 2.055.929 euros.