
Desde su experiencia, ¿cuáles son las claves para que una marca llegue a los cien años en el contexto actual?
La mayoría de las marcas longevas del mundo comparten tres características, y Marqués del Atrio cumple las tres. No son características excluyentes, pero se repiten muchas veces en las marcas centenarias.
La primera, una marca debe tener un propósito. Pueden tenerlo muy presente o, como pasaba antaño, quizás no se ha verbalizado, pero estaba en la inquietud original del fundador. Nuestro propósito es mantener un legado familiar y lograr introducir la experiencia del mundo del vino en todos los hogares. La experiencia es una mezcla de calidad, origen, gastronomía y amistad. Frente a un vino, no solo lo degustas, sino que también hablas de dónde procede, seguramente te surgen anécdotas relacionadas, experimentas cómo se intensifican los sabores de lo que comes, estrechas las relaciones con tus acompañantes y, en definitiva… es más que una bebida.
La segunda característica que se repite habitualmente es la impronta de la familia en el ADN de la marca. Las empresas familiares estadísticamente suelen perdurar generación tras generación. En España, actualmente solo hay 40 empresas que se fundaron antes de 1900, y una gran mayoría son familiares.
La tercera se refiere al producto. Cuando una marca cumple con creces su promesa de calidad, es decir, ofrece una calidad incluso superior al precio que el consumidor paga por ella, la fidelidad se refuerza y alarga su vida.
En el caso de Marqués del Atrio, se cumplen las tres y añadiría dos más. Generación tras generación, ya son 5 generaciones desde 1899, se ha sabido leer las tendencias de los consumidores y actuar ágilmente frente a los cambios sin tener miedo a los retos. Y, además, en el caso de nuestras marcas principales, estamos orgullosos de nuestro origen. Por eso, defendemos como nadie la cultura, historia y gastronomía de la tierra que nos vio nacer.
Nuestro objetivo es seguir creciendo sin perder lo que nos hace únicos. Queremos ser parte clave de la transformación del sector, especialmente en sostenibilidad, digitalización e internacionalización. Apostamos por mejorar siempre la calidad y por conectar fuerte con el consumidor del futuro.
En un mercado en constante evolución, ¿cómo ha fomentado su marca la innovación continua sin perder su esencia original? ¿Puede compartir ejemplos de innovaciones clave que han impulsado su crecimiento a lo largo de los años?
Lo importante es que la idea de innovación esté en el ADN de la marca, de esta forma no se pierde la esencia original. En nuestro grupo bodeguero, la cuarta generación, hace ya casi 40 años que pensó en expandirse a otras regiones vitivinícolas y en empezar a defender una marca paraguas para facilitar la vida al consumidor. Si el consumidor se “fía de mi marca”, le gustará probar vinos elaborados en distintas regiones. Es el caso de la marca del grupo, Faustino Rivero Ulecia, que nace en Rioja y se ha extendido a otras regiones.
¿Cómo ha evolucionado la relación de su marca con sus consumidores a lo largo del tiempo?
Antes nuestra relación con la gente era más directa y tradicional, pero ahora es mucho más dinámica, digital y personalizada. Hoy en día, quien compra vino quiere saber la historia detrás de cada botella, entender cómo se hace y sentirse parte de una comunidad. Por eso, nos hemos adaptado ofreciendo experiencias para que la gente visite nuestras bodegas, siendo siempre claros con lo que hacemos y estando donde el consumidor está, ya sea en redes o en otros canales digitales.
¿Cómo han evolucionado las estrategias de marketing de su marca a lo largo del tiempo? ¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías y los medios digitales en su estrategia actual?
Antes hacíamos marketing más tradicional, pero ahora usamos una estrategia que abarca todos los canales, y lo digital juega un papel súper importante. Nos gusta contar historias reales, mostrar lo que pasa en la bodega y en el viñedo, y conectar de verdad con nuestra gente. Además, la digitalización nos ha ayudado mucho a llegar a otros países y a posicionar la marca en nuevos mercados.
¿Cuál es su visión para el futuro de la marca? ¿Cómo planean seguir siendo relevantes en los próximos cien años?
Nuestro objetivo es seguir creciendo sin perder lo que nos hace únicos. Queremos ser parte clave de la transformación del sector, especialmente en sostenibilidad, digitalización e internacionalización. Apostamos por mejorar siempre la calidad y por conectar fuerte con el consumidor del futuro.
Potenciaremos nuestro enoturismo porque es la forma más natural, sostenible y bonita de crear embajadores de marca. Es un auténtico win-win, pues ofrecemos experiencias memorables al tiempo que promovemos el consumo moderado del vino, que es más que una bebida. Mantener nuestra esencia, mientras nos adaptamos a los cambios que vienen, es el equilibrio que nos permitirá seguir siendo una marca importante dentro de cien años más.
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