¿Puede dormir tranquilo un padre que se ha quedado con la mejor parte del asado y le ha dado a su hijo el pedazo más seco? ¿O el constructor que ha edificado un bloque de varios pisos sobre lo que antes era un parque infantil? ¿O la chica que deja a su novio, por mensaje, justo el día que a él le echan del trabajo? ¿O la que se finge coja para aparcar en una zona reservada a minusválidos?


Pues, si duermen en un Flex, pueden. Eso es lo que propone la campaña, que cuenta con varias ejecuciones para los distintos medios en los que se va a difundir (televisión y radio). Los spots comienzan con primeros planos de los protagonistas de esas historias para no dormir mientras disfrutan de un sueño reparador, para ir abriendo el plano y mostrando su entorno y acabar con el detalle de la marca del colchón. En radio se repite la misma secuencia, aunque con distintas historias y con un cierre que explica que semejantes individuos pueden dormir porque lo hacen en un Flex, a pesar de haber cogido del ropero una cazadora que no era la suya o haberle dicho a su hijo que la última chocolatina que quedaba se fue al cielo de las chocolatinas...

MediaDiamond maneja los medios.

No es la primera vez que Flex apuesta en sus campañas por planteamientos atrevidos desde que su comunicación está en manos de Sra. Rushmore. Así, retó a Alberto Contador a correr la etapa reina del Tour, la subida al Tourmalet, la misma que le proclamó campeón del Tour de 2010, que después le sería retirado; mostró un parto real en una cama; mantuvo a una pareja en la cama durante cuarenta días o escondió 120.000 euros en un centenar de colchones para apoyar su plan destinado a promover la renovación de colchones.