La AEA, en línea con lo manifestado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y otras asociaciones de la cadena alimentaria, se indica en un comunicado, “rechaza el planteamiento sorprendente e injustificado de este Ministerio”. Los anunciantes explican que desde la Comisión de Seguimiento del Código Paos, en la que está integrada la AEA y que trabaja en la actualización de dicho código, “en los últimos meses, la industria de alimentación y bebidas ha ofrecido reducir de manera voluntaria más de un 75% de la publicidad dirigida al público infantil”.

En este sentido, la AEA argumenta que el propio Código Paos  “hace posible que no sea necesario desarrollar una normativa específica en este ámbito”, dado que “supone una respuesta equilibrada a las necesidades regulatorias en el ámbito de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a menores. Es una apuesta pionera muy reconocida y valorada en Europa, ejemplo de actuación y compromiso de la industria de acuerdo con la Administración en beneficio de los consumidores”.

La sorpresa de la iniciativa anunciada ayer por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, viene porque, según informa la AEA, “en la pasada reunión de dicha comisión de seguimiento, que tuvo lugar el miércoles 27 de octubre, el representante del Ministerio de Consumo aseguró que no había ninguna decisión tomada en relación con el perfil nutricional sobre el que se basarán las limitaciones publicitarias.  La decisión final aseguró que sería fruto de un debate en el que se buscaría el consenso entre todas las partes implicadas”.

Sector

Insiste la asociación de anunciantes en su predisposición a “la colaboración con la administración ante la cual manifiesta su disposición a seguir trabajando en esta vía colaborativa y de autorregulación” pero rechaza que la industria publicitaria sea estigmatizada y cercenada en su recuperación y, “aún más, tras el acusado periodo con la pandemia Covid-19 que tanto ha afectado a las inversiones publicitarias. Este sector, sobre el que ya existen múltiples códigos restrictivos de autorregulación, es, además, multiplicador del valor económico con efectos directos e indirectos en el tejido empresarial. En España aporta un 1,3% al PIB y genera un volumen de negocio superior a 18.720 millones de euros, lo que representa el 3,5% de todo el sector servicios y más de 100.000 empleos, siendo una industria reconocida a nivel mundial de la que forman parte casi 41.000 empresas”, concluye el comunicado de la AEA.