Ouigo acaba de cumplir un año en nuestro país. Se trata de una marca joven, con un nombre distinto y peculiar y que la gente aún no pronuncia bien. Esta circunstancia que, a priori podría ser un problema, se ha convertido en una oportunidad de comunicación para la agencia creativa PutosModernos, que ha usado la autoparodia como recurso para quitarle hierro.
“Todos tenemos algún apellido que la gente escribe mal, un amigo extranjero que pronuncia mal nuestro nombre, incluso algún compañero de trabajo que aún no sabe muy bien cómo nos llamamos. En este sentido el problema de Ouigo es bastante humano. Ante esta situación puedes enfadarte y limitarte a corregir a la gente cada vez que se equivoca, o asumirlo con humor y usarlo a tu favor. Al final no es tan importante cómo la gente pronuncie Ouigo, mientras identifiquen la marca y valoren la experiencia a bordo”, explica Joan Alvares, director creativo de PutosModernos sobre esta campaña de exterior con copys en soportes propios (tren) y exteriores (autobuses) en Barcelona y Madrid.
La marca ya había hecho esfuerzos en esta dirección, componiendo incluso una pegadiza canción con Maikel Delacalle que suena al arrancar el tren.