Entre las palabras más escuchadas en los últimos cinco años, hay una que ha conseguido ganar la batalla elevándose frente al resto por el uso y desgaste que han hecho de ella la mayoría de organizaciones actuales: la sostenibilidad. ¿Pero están realmente las empresas aplicándola a lo largo de su recorrido comercial y de marketing?

La progresiva toma de conciencia sobre los problemas derivados de la industrialización y el crecimiento masivo de la población ha generado todo un movimiento relacionado con la protección del planeta y de los recursos limitados que lo componen, convirtiendo este concepto en uno de los más reclamados por la nueva generación de consumidores.

Esta situación se ha visto impulsada tras el impacto de la Covid-19, y así lo ponen de relieve las cifras. En este sentido, según datos de una de las últimas encuestas de Google, para el 82% de los consumidores la sostenibilidad ha pasado a ser ahora más importante que antes de la pandemia. Otros informes como el ‘Green Response Report’ 2021 -elaborado por la compañía internacional Essity- ratifican esta tendencia revelando que el 57 % de los españoles lleva un estilo de vida más sostenible desde la llegada del coronavirus, un 73 % afirma reciclar más que antes y finalmente un 48 % declara que consume menos energía.

Frente a esta tendencia de consumo responsable, las compañías se han encontrado con un nuevo escenario al que han tenido que buscar respuesta a través de soluciones vinculadas a la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente. Los departamentos de marketing han sido, en este sentido, los grandes responsables de desplegar acciones de comunicación anunciadas a bombo y platillo que consigan vincular la marca de sus organizaciones con el contexto cultural actual y el compromiso social que demanda la población. Pero… ¿son aplicables todas esas acciones a la realidad? ¿O se han convertido en meras estrategias de greenwashing?

En un país como España -tradicionalmente muy proclive a la celebración de eventos- cada año se celebran cientos de congresos y ferias empresariales que precisan de la creación a medida de stands que solo se utilizan una vez. ¿No supone una contradicción que las organizaciones desarrollen estrategias de sostenibilidad para todas sus áreas de negocio, pero luego creen materiales que están condenados a un solo uso?

En este contexto, si el tiempo de uso de un producto tiende a ser de alrededor de un máximo de 5 años antes de ser desechado y sustituido por uno nuevo, imaginemos el de un stand construido ad hoc para su exposición en una feria o congreso determinado y que cuando termine acabará de manera muy probable en la basura.

Si analizamos la situación detenidamente, nos daremos cuenta de que los mismos espacios donde estamos acostumbrados a escuchar a las empresas hablarnos sobre sus estrategias de sostenibilidad, están construidos con materiales que no son reciclables y ni tan siquiera reutilizables. La temporalidad asociada a este tipo de eventos suele ser la excusa perfecta para justificar esas construcciones basadas en materiales contaminantes que generan numerosos desperdicios y una huella ecológica que impacta en el planeta.

Sin embargo, ser más sostenibles en este ámbito es posible. Tan solo es necesario apostar por la economía circular para el desarrollo de los mismos. A través de una estrategia de diseño basada en una planificación del presente y futuro de los productos utilizados que faciliten su almacenamiento, transporte y posibilidad de reconversión posterior, la idea de construir expositores más sostenibles se convierte en una realidad al alcance de todos.

En este aspecto, desde Simplr estamos plenamente convencidos de que la única manera de afianzar el concepto de sostenibilidad es predicando con el ejemplo. Por eso, acordes con nuestra propuesta de cambiar el modelo de consumo actual por uno que priorice el uso sobre la adquisición y reutilizar en vez de desechar, creamos el primer stand diseñado y construido bajo los estándares de la economía circular para nuestra participación en la feria 4YFN enmarcada dentro del MWC 2022.

Con la ayuda de MUT Agency y la empresa pionera en construcción circular Construcía, no solo hemos demostrado que es posible; sino que, además, en base a unos materiales circulares homologados o certificados C2C y que cuentan con un 93% de salubridad, hemos sido reconocidos como el stand más sostenible de toda la edición con un grado de circularidad de 86 sobre 100.

Este gran hito nos lleva a una profunda reflexión que nos vemos en la obligación de verbalizar. Y es que, en un momento en el que la sostenibilidad se lleva por bandera, resulta cuanto menos sorprendente que este tipo de iniciativas no estén a la orden del día.

Sin duda, el marketing sostenible debe ser nuestro aliado para darles voz e ir un paso más allá a la hora de aplicar el concepto de responsabilidad social y hacer comprender su significado, pero no solo en acciones pequeñas del día a día como el ahorro de papel o la reducción del consumo de plástico diario, sino como parte de un todo que se aplique al conjunto de los ámbitos de los que formamos parte y que están a nuestro alcance. De otra manera, solo estaremos contribuyendo al greenwashing y afianzaremos la idea de que ser sostenibles no es viable.