El valor de la micro-data. Hoy en redes sociales, las métricas clásicas ya no nos cuentan toda la historia. Alcance, likes o visualizaciones nos dicen que algo pasó, pero no nos explican qué es lo que pasó realmente. Las marcas que están ganando no son las que más números tienen, sino las que logran colarse en la cultura, generar conversación y dejar una huella real. Por eso, llegó la hora de dejar de fijarnos sólo en los dashboards y empezar a prestar atención a lo que realmente activamos en las personas.

Medir señales, no solo números. Cuando las cifras grandes no nos dicen casi nada, hay que mirar esas pequeñas señales que sí importan y que se centran en lo que la gente hace, dice y siente. ¿Quién está hablando y cómo? Puedes tener mil compartidos y seguir sin calar. Pero con uno sólo que importe puede empezar el efecto dominó. No es igual un repost genérico que un “esto es justo lo que necesitábamos” dicho por una persona relevante en redes.

¿La campaña se ha quedado en la memoria o fue solo ruido? ¿Se ha colado en una story de forma orgánica? ¿Es ya un meme o una referencia que solo unos pocos entienden?

¿Qué comportamiento ha provocado? ¿Que lo compartan, lo guarden, lo adapten, lo citen orgánicamente? ¿Que otros quieran imitar el estilo o tono de la campaña?

Estas son las señales que hoy nos dicen si una campaña funciona. No están en los números de siempre, sino en cómo se mueve y vive la campaña en el día a día de la gente. Y esas señales deberían ser las preguntas que hacemos desde el inicio: no sólo “¿cuántas views?”, sino “¿qué impacto logramos?”.

¿Qué hacemos como agencia? Lo primero: cambiar el briefing. Ya no se trata solo de pedir likes o clics. Tenemos que pedir algo más grande: que la campaña signifique algo. Hoy una campaña que funciona abre conversación, mueve a la gente a actuar y genera un efective awareness. Por eso, las preguntas que hacemos ahora son:

  • ¿Qué historia estamos contando?
  • ¿Qué conversación queremos generar?
  • ¿Qué queremos que haga la gente después de verla?

El nuevo KPI es dejar huella. Las campañas que de verdad funcionan hoy no siempre se ven en los dashboards, pero sí se sienten en las conversaciones que sobreviven al scroll infinito. El éxito ya no es solo cuántos la vieron, sino cuánto se acuerdan, cuánto influye y cuánto perdura. La atención se mueve cada vez más rápido, por lo que lo que importa es: ¿Tu campaña deja huella o solo pasaba por ahí?