Llega el inicio del año y todo son predicciones y nuevos retos para los próximos meses. Los que venimos de la industria digital todavía recordamos la repetida, recurrente y visionaria predicción de que “Este año es el año del móvil” y así fue durante prácticamente 4 o 5 años, año tras año, al final pasó y nadie supo cuando.

Las predicciones toman sentido si se ven con perspectiva, y si realmente estamos subidos en la ola de la innovación, y si, desde esa ola, podemos coger la siguiente. Solo las empresas y los profesionales que estamos continuamente innovando en nuestras estrategias digitales somos capaces de entender qué es lo que puede llegar a ser tendencia y qué no, y eso es por el esfuerzo que hemos hecho en los últimos años de adquirir una maduración digital que es capaz de detectar el grano de la paja.

Esa maduración digital la hemos ido transmitiendo a nuestros clientes y la gran mayoría han asumido el reto de acompañarnos en este viaje, no solo porque es bueno para las estrategias del día a día, sino porque hace que podamos estar abiertos a nuevas tendencias. Por poner un ejemplo, el metaverso sin duda fue una tendencia de años anteriores, una ola pasajera que tendrá su momento pero que está lejos de cambiar las palancas en el más corto plazo. La IA, por contra, no la consideramos tendencia sino el modo de acelerar todavía más la maduración digital.

Varias reflexiones surgen en este nuevo modo de entender la lógica de los datos. El primero es la brecha enorme que se crea entre las empresas y los profesionales que no iniciaron el proceso de transformación digital y que ahora les suena todo a chino y difícil de subirse a la ola. El segundo es la diferenciación que la recogida de datos propios pueden hacer en la transformación de nuestro negocio y el tercero, y no menos importante, es la maduración de todos esos nuevos procesos en nuestra estrategia digital.

Ya no podemos hablar solo de transformación digital para poder adquirir un alto nivel de maturity, ahora es necesario también hablar de maduración artificial, que no es más que trasladar y asumir desde la lógica digital los pasos de gigante que la IA está haciendo en nuestra industria. Esperemos que el paso de maduración digital a maduración artificial no malogre, con artificios, la evolución imparable de la IA en nuestro sector.