Entre las principales conclusiones del estudio, se encuentra que en la actual coyuntura económica un 20% de los entrevistados declara haber cambiado sus establecimientos habituales de compra debido a la crisis, pero lo que es más destacable, de éstos, el 80% afirma que seguirá comprando en ellos aunque la crisis pase. Además, este nuevo consumidor se considera así mismo más reflexivo que antes, y un 67% asegura que tras la crisis seguirá valorando el precio de las cosas por encima de todo, casi un 40% asegura que mantendrá el hábito actual de planificar sus compras.

Asimismo, y aunque será más sensible al precio que antes de la crisis, volverá a consumir de lo que se ha sentido privado durante la crisis. En este sentido, un 37% declara que, una vez pasada la crisis, piensa que llegará a gastar incluso más dinero que antes en alguna de las siguientes categorías: ocio, alimentación o productos de belleza.
La actual situación económica ha creado una nueva relación entre el consumidor y las marcas. Así, un 25% reconoce que se ha vuelto más exigente, pero asegura que será fiel a aquellas marcas que sigan empatizando con el consumidor, hayan aprendido del pasado y se hayan adaptado a la nueva situación del mercado. En este sentido, casi un 30% afirma que volverá a comprar aquellas marcas que han bajado sus precios en estos momentos y penalizará las que quieran volver sin más a la situación anterior a la crisis.

La necesidad de encontrar productos a mejor precio ha supuesto que casi un 40% de los entrevistados afirme que ha aumentado el tiempo medio que destina a informarse sobre él antes de comprarlo, siendo Internet el medio más frecuentado para conseguir esa información. La red permite a los consumidores actuales comparar precios, compartir conocimientos con otros usuarios y obtener toda la información necesaria que les haga decantarse por una elección u otra. Esta dinámica seguirá acentuándose tras la crisis ya que los consumidores aseguran que es un buen hábito que no van a abandonar.

El Hiperconsumismo

Durante la jornada también se contó con la presencia de una figura de relevancia internacional como Gilles Lipovetsky, gurú de reconocido prestigio en temas de consumo, analista social y filósofo, quien comentó que en la actualidad no estamos en la “sociedad de consumo” sino en la del hiperconsumo, y esto se perpetuará tras la crisis.

Para Lipovetsky se ha pasado de un comprador sujeto a las obligaciones sociales de su estatus, a un hiperconsumidor al acecho de experiencias emocionales, de calidad de vida y de salud, de marcas y de autenticidad, de inmediatez y de comunicación ilimitada.
Sin embargo, Lipovetsky asegura que paralelamente al culto a las marcas, se confirma la hipersensibilidad al precio: “En este contexto es donde vemos como se aviva el proceso de bipolarización de las compras, que hace que se incrementen tanto los artículos de gama alta como los de bajo precio.”

Este experto cree que la crisis actual no convertirá la frugalidad en la ética dominante. Para él, si hoy en día se practica la frugalidad es, en primer lugar, por obligación económica coyuntural. “Es más una temática mediática que una aspiración de fondo, pues la renuncia a los goces y a las novedades ya no tiene un fundamento trascendente”, sentenció.