El informe pone de manifiesto que la leve mejoría de dos puntos conseguida en las expectativas de ingresos no es suficiente para impulsar el consumo. No obstante, por primera vez desde 2011, los consumidores españoles ven el final de la crisis en un periodo inferior a tres años. “Teniendo en cuenta que nuestra economía se ha ralentizado entre los meses de julio y septiembre, cualquier mejora de este indicador es favorable”, se indica en el estudio y Laura Serrano, responsable del estudio en España, señala que “para que las perspectivas locales mejoren de manera significativa, deben evolucionar todos los indicadores. En España todavía no se ha alcanzado el nivel de PIB previo a la crisis y las cifras de paro continúan siendo muy elevadas”.

Por lo que se refiere a las expectativas de consumo, España consigue 34 puntos, situándose a la cabeza de los 15 países de la Unión Europea analizados, a pesar de haber caído 4 puntos respecto al trimestre anterior. En cuanto al gasto, el índice es negativo (-5 puntos). Por otra parte, la diferencia entre ambos indicadores, 39 puntos, es sensiblemente inferior a la que existía en el estudio del mes de junio, cuando se elevaba a 50.

Según los responsables del informe, esta dicotomía se va a mantener en el tiempo, aunque con altibajos.

Por otra parte, a pesar de que el indicador sobre mercado laboral ha empeorado ligeramente a lo largo del trimestre, continúa el informe, España lidera en solitario las expectativas sobre desempleo entre las principales economías de Europa, con un -30,8 (en el caso de este indicador, cuanto más negativo, más indica una mejora en las perspectivas por parte de la población).

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