Hoy el consumidor vive en beta, lo que significa que entiende que el mundo está en constante evolución y que si algo le funciona va a incorporarlo a su rutina y a su forma de vida, sin tener miedo a dejar de hacer “lo de siempre”, lo habitual.  La primera tendencia del informe “Now Trends 2016”, a la que desde Now/Unit han bautizado como ‘Uberonomics’, parte de esta premisa: cómo las compañías empiezan a abrazar la cultura de negocios propia de una ‘start-up’, flexible y adaptada a la demanda real.

Algunas empresas entienden que es imposible controlar todos sus públicos y agentes externos. Ya no se trata de instigar a que los consumidores hablen bien de una marca dando pequeños premios a cambio. Un modelo a corto plazo y hermético. Existen compañías que generan herramientas para que sus consumidores participen e interactúen de forma real, de este modo es cuando realmente se genera un vínculo marca-consumidor fuerte y duradero. Como es el caso de la plataforma BBC Taster, en la que la audiencia se convierte en la coproductora de contenidos de la televisión pública inglesa. Los usuarios pueden ver propuestas de contenidos, valorarlos y ofrecer sugerencias para que el producto final sea algo que realmente interese a la audiencia. 

Por otro lado, la consolidación de la economía colaborativa también ha demostrado a la gente que la vida puede entenderse como un servicio de 24 horas. De hecho, HavasProsumersReport indica que más de la mitad de jóvenes de entre 16 a 34 años prefieren compartir sus bienes con los demás a poseerlos. Eso ha marcado un cambio de paradigma para el diseño de muchos negocios. Simplemente con saber que hoy en día ya puedes alquilar hasta una lavadora con Lavanda o convertirte en un mensajero con Carry. Este tipo de innovaciones demuestran el cambio de rumbo de muchos sectores: pagar por tener acceso a algo. 

El futuro pasa, no solo por reaccionar a los nuevos hábitos, pasa por asimilar que un target se relaciona de forma orgánica con las marcas, sin roles predefinidos ni expectativas estáticas. Hoy, la gente en su día a día no divide las empresas entre ‘start-ups’, pymes o grandes multinacionales.

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