La mayoría de las personas (51%) en los diez mercados y cuatro continentes en los que se ha hecho la encuesta son "pragmáticos de datos", lo que quiere decir que decidirán si comparten su información personal caso por caso, dependiendo de los beneficios. Estas cifras se elevan a casi el 60% en Singapur, España y Estados Unidos. Todo esto a pesar de las claras diferencias culturales y legales en lo que respecta a los datos de los consumidores en cada país.

Como media, uno de cada cuatro consumidores (26%) tiene poca preocupación sobre la forma en que se recopilan y utilizan sus datos, que el estudio describe como los "despreocupados": en Alemania (34%) y en los Países Bajos (35%) este grupo aumenta a más de un tercio. Por otro lado, aquellos consumidores que no estaban dispuestos a proporcionar su información personal, incluso a cambio de mejoras en el servicio ('conservadores'), representaron un poco menos de una cuarta parte de los encuestados (23%); este grupo es menos representativo en Argentina (16% ) y Singapur (17%).

A pesar de que el 74% de las personas tienen algún grado de preocupación acerca de su privacidad online, más de la mitad (51%) de los consumidores del mundo todavía están dispuestos a intercambiar sus datos con las empresas, siempre que haya un beneficio claro para hacerlo. Muchas personas (41%) también entienden que compartir datos es una parte esencial del buen funcionamiento de la sociedad moderna. Además, el 38% de los consumidores en todo el mundo cree que debería tener la responsabilidad final de la seguridad de sus datos, en comparación con las instituciones gubernamentales (15%), o las empresas (5%). Este sentimiento de responsabilidad personal es más fuerte en Alemania (49%), Australia (46%) y el Reino Unido (46%); mientras que los encuestados en España (24%) y los Países Bajos (23%) creen que el gobierno debería asumir esta responsabilidad.

El informe de la GDMA, impulsado en España por ICEMD (El Instituto de la Economía Digital de ESIC Business & Marketing School) también revela que en todos los países el control, y la transparencia forman la base fundamental para una economía de datos saludable, y en menor medida la confianza que se merezcan empresas individuales. De hecho, la mitad de los consumidores (51%) en todos los mercados encuestados dijeron que la confianza era clave en su decisión de compartir información con una empresa. La investigación también destaca que los consumidores quieren más transparencia (86%) y control (83%) en lo que respecta a sus datos para construir estos niveles de confianza.