Las noticias falsas son de fácil propagación, mientras que las aclaraciones o desmentidos nunca alcanzan la misma viralidad
Las noticias falsas son de fácil propagación, mientras que las aclaraciones o desmentidos nunca alcanzan la misma viralidad

Entre sus conclusiones más importantes se encuentra la cifra de que tres cuartas partes de los directores de comunicación afirman que la transparencia en la recopilación y el uso de los datos personales es prioritaria para combatir el escepticismo hacia las empresas tecnológicas, y más de la mitad están preocupados por las noticias falsas. 

Según los resultados de esta investigación, el 85% de los profesionales tienen claro que la reputación dentro de una compañía es algo que impacta directamente en la cuenta de resultados de la empresa. Sobre todo, inciden, en cuanto a la preferencia de los consumidores por una u otra marca, el apoyo de los grupos de interés, o la lucha por el talento.

Tener claro quién es una voz autorizada para hablar sobre la empresa se califica como fundamental a la hora de controlar el  mensaje y la forma en la que se transmite. El 82% afirma que los empleados de la compañía son los embajadores más importantes de la marca, y su papel es fundamental para la construcción de la reputación. Por eso los profesionales del sector deben poner en marcha estrategias que generen sentimiento de pertenencia y corporativismo en los empleados.

Estos perfiles deben asumir su nuevo papel de catalizadores y saber enfrentarse a un consumidor mucho más informado y empoderado, con el que es cada vez más difícil generar una relación de confianza. También se enfrentan a desafíos a nivel interno, los expertos en comunicación deben hacer entender dentro de su organización la importancia de su labor a la hora de tomar decisiones corporativas.

La llegada y expansión de las fake news suponen además un nuevo reto para los profesionales. El problema de la credibilidad está más de actualidad que nunca, hacer que los mensajes que se envían  sean creíbles para los diferentes públicos es uno de los mayores retos actuales del sector. Gestionar esta pérdida de confianza y construir una reputación positiva en los consumidores, es, sin duda, la piedra angular sobre la que se deben desarrollar las estrategias de negocio en este tipo de empresas.

Entre las múltiples conclusiones a las que se llega destacan también datos como que el 75% de los profesionales de la comunicación afirman que los consumidores no ignorarán un mal comportamiento de las empresas aunque sigan consiguiendo productos buenos a buen precio. En el mismo plano se sitúa la responsabilidad social corporativa. En muchas empresas  este aspecto ha evolucionado de la filantropía a una definición más integrada, rigurosa y alineada con los propósitos de la compañía.

Riesgos

Entre los riesgos reputacionales de los avances tecnológicos se sitúa el llamado techlash, una tendencia de desconfianza hacia los cambios tecnológicos motivada por: el uso de datos personales de sus clientes y prácticas indebidas por parte de estas organizaciones y de terceros (tres cuartas partes de los directores de comunicación afirman que la transparencia en la recopilación y el uso de los datos personales es prioritaria desde el inicio del techlash), el crecimiento de las fake news (las principales amenazas que presentan estas noticias son, por un lado, su fácil propagación, mientras que las aclaraciones o desmentidos nunca alcanzan la misma viralidad. Y por otro lado, la creación de un ambiente de desconfianza que impida que los  mensajes transmitidos por las empresas no calen en un público cada vez más incrédulo) y la amenaza de los ataques de hackers.