Nacieron en un entorno 100% digital y su móvil es la extensión de su brazo. Aún así la Generación Z reclama para sí misma una desconexión digital, una tendencia que se acentúa especialmente en los periodos de vacaciones. Según datos de la consultora de la Generación Z, Mazinn, a lo largo de 2021, el 95% de los jóvenes manifiestó la necesidad de desvincularse de sus perfiles sociales. “La Gen Z es consciente de que el daño está en el modo de uso y están encontrando todo tipo de trucos para desconectar digitalmente: apagar el móvil el mes de agosto, eliminar ciertas apps, configurar una activación automática del modo descanso diariamente”, explica Adrián Ballester, director de la crew de Mazinn.

Solo hay que darse cuenta de cómo afecta la salud mental en general. Un  estudio de la Asociación Americana de Psicología concluye que la gran mayoría de los jóvenes pertenecientes a la Generación Z sufre más estrés, ansiedad y otros trastornos en comparación con las generaciones anteriores. Solo un 45%, se veía con una buena o excelente salud mental. “Frente los 56% de los millennials o los baby boomers (aquellos nacidos entre los 40 y los 60) que llegaban al 74%”, añade Rafa Magaña, CEO de Mazinn. Además, "el suicidio es la primera causa de muerte no natural en los jóvenes españoles", explica.

Existen ejemplos reales de jóvenes influyentes que han llevado a cabo esta práctica de ‘desconexión digital’. Dulceida, que acumula ya casi 3 millones de seguidores, y que decidió abandonar de forma temporal su cuenta de Instagram; Daniel Marrero, influencer y modelo con 346 mil seguidores en Instagram y 1.2 millones en TikTok, que se ha tomado un respiro durante un par de semanas tal y como comunicó su amigo Jorge Cyrus en Instagram; o Charli D'Amelio, la tiktoker más conocida con 125 millones de seguidores a sus 17 años. El pasado mes de septiembre, la joven explicaba que le resulta muy complicado lidiar con los comentarios hostiles de algunos seguidores.

Momentos como el verano y las vacaciones, suponen una oportunidad para desconectar y despejar la mente, un ejercicio que podría ser una de las claves para esta Generación Z que necesita entender sus emociones.