De entre todos los grupos analizados (millennials, adultos y séniors) por sexo (mujer y hombre) y por comunidades autónomas (las nueve más pobladas), el I Monitor de Sostenibilidad de Procter & Gamble (centrado en productos de Gran Consumo, pero no de alimentación) apunta que la sostenibilidad de los productos es más relevante para las mujeres que para los hombres (67% frente al 60%) y para las personas mayores de 55 años que para el grupo de 18 a 34 años (68% frente al 58%). Entre las mujeres de más de 55 años, la importancia que los consumidores dan a la sostenibilidad alcanza su pico (74%).

Por otro lado, la percepción sobre el precio del producto es la principal barrera que señala el consumidor para realizar compras más sostenibles, ya que casi uno de cada dos (48%) afirma que los productos sostenibles son más caros que los que compra habitualmente, mientras que el 37% indica que el problema es la falta de información sobre la sostenibilidad de los productos.

En cuanto a los criterios más importantes, los ingredientes naturales (38%), un envasado eco-friendly (35%) y la responsabilidad con el bienestar animal (34%) encabezan el listado de condiciones del producto por los que el consumidor estaría dispuesto a pagar más. Sin embargo, solo uno de cada cuatro consumidores (26%) estaría dispuesto a destinar más dinero a sus compras por productos de origen local. Por otra parte, los hábitos sostenibles más habituales de los consumidores son la reducción del consumo energético (87%) y de agua (86%). El porcentaje de españoles que recicla habitualmente se sitúa en el 77%.

 

De acuerdo con los datos del informe, el 70% de los encuestados afirma estar preocupado. Junto a la preocupación, hay otros sentimientos, como el compromiso o la esperanza, que son un ejemplo de que los ciudadanos ya están desarrollando acciones para ayudar a combatir el cambio climático y que son conscientes de que ese movimiento está permitiendo dar los primeros pasos para revestir la situación. Por último, están el orgullo y la satisfacción, que tienen gran relevancia para que los ciudadanos que ya han modificado su actitud lo sigan haciendo. Pero no todo van a ser buenas noticias. Según datos arrojados por el estudio, hay un 45 %, sobre todo en los hombres más jóvenes, que explica sentirse disgustado o enfadado con este tema.